Ver el código de «Guerra de Restauración portuguesa»

{{Ficha de conflicto militar 
|nombre_batalla = Guerra de restauración portuguesa
|imagen = Joao IV proclaimed king-modificated.jpg
|descripción_imagen = <small>Proclamación de D. [[João IV de Portugal|João IV]] como [[Anexo:Monarcas de Portugal|rey de Portugal]], pintado por [[Veloso Salgado]] ([[Museu Militar de Lisboa]]).</small>
|conflicto = 
|fecha = [[1 de diciembre]] de [[1640]]-[[13 de febrero]] de [[1668]]
|lugar = [[Portugal]]
|resultado = Victoria portuguesa:<ref>Anderson, James Maxwell. The history of Portugal Greenwood Press (2000) ISBN 0-313-31106-4, pág. 131</ref>
* [[Tratado de Lisboa (1668)|Tratado de Lisboa]]
* En 1668 Carlos II reconoce la soberanía de la [[Casa de Braganza]] sobre Portugal y sus [[Imperio Portugués|posesiones coloniales]]<ref>Birmingham, David. A concise history of Portugal (2003) ISBN 978-0-521-53686-8, pág. 51</ref>
|descripción = 
|casus = 
|territorio = Portugal y sus territorio de ultramar pasan a estar bajo la [[Casa de Braganza]] excepto [[Ceuta]] y [[Hermisende]] que no los reconocen y pasan a la [[corona de Castilla]].<ref>[http://books.google.es/books?id=hXMIAAAAQAAJ&printsec=titlepage&source=gbs_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false Collecção dos tratados, convenções, contratos e actos publicos celebrados entre Portugal e as mais potencias desde 1640, compilados por J. Ferreira Borges de Castro]</ref>{{#tag:ref|Tras el Tratado de Lisboa del 13 de febrero de 1668, Ceuta quedó en poder de Castilla:<br />"E porque a boa fè, com que se faz este Tratado de Paz perpetua, não permite cuidar-se em guerra para o futuro, nem em querer cada hua das partes achar-se para este caso com melhor partido, se acordou em restituirem á Portugal as Praças, que durando a guerra lhe tomârão as armas de ElRey Catholico, & a ElRey Catholico as que durando a guerra, lhe tomárão as armas de Portugal, com todos seus termos, assi, & da maneira, & pellos limites, & confrontações, que tinhão antes da guerra, & todas as fazendas de raiz se restituiráo a seus antigos possuidores, ou a seus herdeiros, pagando elles as bemfcitorias uteis, & necessarias, & nem por isso poderão pedir as danificações, que se attribuem à guerra, & ficará nas Praças a artilharia que tinhão, quando se occupãrão, &. os moradores, que não quizerem ficar, poderáo levar todo o movel, & venceráo os fructos do que tiverem semeado, ao tempo da publicação da paz; & esta restituição das Praças se fará em termo de dous mezes, que começaráo do dia da publicação da Paz. Declarão porém, que nesta restituição das Praças não entra a cidade de Ceuta, que ha de ficar em poder de El Rey Catholico, pellas razoens que para isso se considerârão. E se declara, que as fazendas que se possuirem com outro titulo, que não seja o de guerra, poderão dispor dellas seus donos".<ref>[http://books.google.es/books?id=hXMIAAAAQAAJ&printsec=titlepage&source=gbs_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false Collecção dos tratados, convenções, contratos e actos publicos celebrados entre Portugal e as mais potencias desde 1640, compilados por J. Ferreira Borges de Castro]</ref>|group=nota}}
|combatientes1 = {{bandera|PRT|1640}} [[Reino de Portugal]]<br />{{bandera|Francia|Luis XIV|tamaño=22px}} [[Francia en la Edad Moderna|Reino de Francia]]<br />(1641-59)<br />[[Archivo:Flag of England.svg|border|22px]] [[Reino de Inglaterra]]<br />(1662-68)
|combatientes2 = [[Archivo:Flag of New Spain.svg|border|22px]] [[Casa de Austria|Reino de España]]
|comandante1 = {{bandera|PRT|1640}} [[João IV de Portugal]]<br />{{bandera|PRT|1640}} [[Alfonso VI de Portugal]]<br />{{bandera|PRT|1640}} [[Pedro II de Portugal]]<br />{{bandera|PRT|1640}} [[António Luís de Meneses|Marqués de Marialva]]<br />{{bandera|PRT|1640}} [[Sancho Manuel de Vilhena|Conde de Vila Flor]]<br />{{bandera|PRT|1640}} [[Federico de Schomberg|Conde de Mértola]]<br />{{bandera|PRT|1640}} [[Matias de Albuquerque|Conde de Alegrete]] 
|comandante2 = {{bandera|Portugal|1640}} {{Bandera|España|1506}} [[Felipe IV de España|Felipe IV]]<br />{{Bandera|España|1506}} [[Luis de Haro|Marqués de Carpio]]<br />{{Bandera|España|1506}} [[Juan José de Austria]]<br />{{Bandera|España|1506}} [[Gaspar Téllez-Girón|Duque de Osuna]]<br />{{Bandera|España|1506}} [[Luis de Benavides Carrillo|Marqués de Caracena]]
|soldados1 =
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|bajas1 =
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|bajas5 = 80{{esd}}000 muertos en combate<ref>{{cita libro|apellidos1=Levy|nombre1=Jack S.|título=War in the Modern Great Power System: 1495--1975|fecha=2015|editorial=University Press of Kentucky|isbn=9780813163659|página=89|url=https://books.google.com/books?id=8cEfBgAAQBAJ&pg=PA89&lpg=#v=onepage&q&f=false|idioma=EN}}</ref>
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}}
La '''guerra de la Restauración''' (en [[idioma portugués|portugués]]: ''Guerra da Restauração'') fue una serie de enfrentamientos armados entre el [[reino de Portugal]] y la [[Casa de Austria|Monarquía Hispánica]]. Esta contienda comenzó con el [[revuelta|levantamiento]] en favor de la [[Restauración de la Independencia]] del [[1 de diciembre]] de [[1640]] —que puso fin a la [[Unión dinástica|monarquía dual]] de la [[Portugal bajo la Casa de Austria|dinastía Habsburgo]] que databa de en 1580— y terminó con el [[Tratado de Lisboa (1668)|Tratado de Lisboa de 1668]], firmado por [[Alfonso VI de Portugal]] y [[Carlos II de España]], en el cual se reconoció la total independencia de [[Portugal]]. El alzamiento de 1640 y la dilatada guerra que desencadenó pusieron fin a un periodo de sesenta años de dominio de la [[Casa de Austria]] en [[Portugal]].<ref name="Encyclopædia Britannica"
>{{cita web|autor=Encyclopædia Britannica|url=http://www.britannica.com/EBchecked/topic/304794/John-IV|título=John IV (king of Portugal)|cita=king of Portugal from 1640 as a result of the national revolution, or restoration, which ended 60 years of Spanish rule.}}</ref><ref>Geoffrey Parker ''The army of Flanders and the Spanish road'', London, 1972 ISBN 0-521-08462-8, p. 35</ref>

El período de 1640 a 1668 se caracterizó por enfrentamientos periódicos entre Portugal y España, tanto pequeñas contiendas como graves conflictos armados, de los cuales muchos de ellos fueron ocasionados por conflictos de España y Portugal con potencias no ibéricas. España participó en la [[Guerra de los Treinta Años]] hasta 1648 y en la [[guerra franco-española (1635-1659)|guerra franco-española]] hasta 1659, mientras que Portugal participó en la [[guerra luso-neerlandesa]] hasta 1663. El frente se mantuvo estático y, por parte española, fundamentalmente a la defensiva hasta 1660, dada la prioridad que la corte madrileña otorgó a sofocar la [[Sublevación de Cataluña]].{{harvnp|White|2003|p=61}} Las principales plazas no cambiaron de manos.{{harvnp|White|2003|p=61}}

La guerra estableció la [[casa de Braganza]] como nueva dinastía reinante de Portugal, en sustitución de la [[Casa de Habsburgo]]. Esto puso fin a la llamada [[Portugal bajo la Casa de Austria|Unión Ibérica]].

== Antecedentes ==
{{AP|Crisis sucesoria portuguesa de 1580|Portugal bajo la Casa de Austria}}
[[Archivo:Portrait_of_Philip_II_of_Spain_by_Sofonisba_Anguissola_-_002b.jpg|thumb|[[Felipe II de España]], que fue proclamado por las [[Cortes de Tomar]] rey [[Felipe I de Portugal|Filipe I de Portugal]] en 1581.]]
Tras la muerte sin herederos del rey [[Sebastián I de Portugal]] en [[1578]] y de su sucesor [[Enrique I de Portugal]] en enero de [[1580]], se instauró un vacío de poder en el trono de [[Portugal]] que provocaría una crisis dinástica.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=107}} Esta se debió en gran parte a la ausencia de normas que regulasen adecuadamente la situación y se produjo en un momento de decaimiento nacional, por las derrotas en el norte de África, la reducción del comercio y los embates de los piratas ingleses y franceses.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=107}} Las Cortes debían decidir quién de entre varios reclamantes debería ocupar el trono portugués, pero antes de que la elección fuera hecha, [[Felipe II de España]] se anticipó a la decisión, y amparándose en sus derechos a la sucesión a la corona portuguesa, ordenó la invasión militar del país. Felipe había pactado con los poderosos del país —la clase media, la nobleza y alto clero—,{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=108}}{{refn|group="nota"|Las tres clases en las que se dividía el Portugal de entonces eran la de los ''fildagos'' (alta nobleza, equivalentes a los caballeros en Castilla), la de los ''nobles'' (baja nobleza, como los hidalgos castellanos) y la de los piais, el pueblo llano, pecheros y villanos.{{harvnp|Bouza|1991|p=213}}}}{{harvnp|Bouza|1991|pp=213-214}} y no esperaba una resistencia seria a la ofensiva del duque de Alba.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}}{{harvnp|Bouza|1991|p=213}} En realidad, la unión ibérica era muy probable, pues de los once matrimonios celebrados por la extinta [[dinastía de Avis]] en sus últimas tres generaciones, ocho lo habían sido con los Austrias españoles.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=107}} La relación entre las dos dinastías era tal, que casi formaban una única familia, con intereses similares.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=107}}

En efecto, la oposición principal provino del pueblo y del bajo clero,{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=108}}{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=50}} los que menos podían esperar del cambio de dinastía.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}} El [[20 de junio]] de [[1580]], adelantándose a la decisión del consejo regente, [[Antonio, prior de Crato]] se proclamó rey de Portugal en [[Santarém]],{{harvnp|Bouza|1991|p=209}} siendo aclamado en varias localidades del país; su gobierno duró treinta días, puesto que sus escasas tropas fueron vencidas por el ejército español mandado por [[Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel|Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, duque de Alba]], en la [[Batalla de Alcántara (1580)|Batalla de Alcántara]] en agosto de 1580. Don Antonio, descendiente ilegítimo del rey [[Manuel I de Portugal|Manuel I]], obtuvo el respaldo popular, inspirado en un vago sentimiento patriótico, que no bastó, sin embargo, para hacer frente a las tropas del duque.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}}{{harvnp|Bouza|1991|p=211}} Siguió sosteniendo la oposición a los Austrias durante décadas, infructuosamente.{{harvnp|Bouza|1991|p=209}} Los privilegiados portugueses, por el contrario, celebraron el fracaso del prior.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}} Al año siguiente, Felipe II fue proclamado por las [[Cortes de Tomar]] rey [[Felipe I de Portugal|Filipe I de Portugal]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=108}}{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=100}} Felipe contaba con el apoyo de los grupos influyentes del país: el alto clero, la nobleza y los mercaderes.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=108}}{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=100}} Para granjearse su favor, el monarca español prometió respetar y ampliar sus privilegios.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=108}}{{harvnp|Bouza|1991|pp=215-216}} El campesinado y el pueblo bajo en general nunca tuvieron aprecio a la nueva dinastía Habsburgo.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=65}}{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=49}}

Este sería el comienzo de un periodo en el que [[Portugal bajo la Casa de Austria|Portugal junto con los demás reinos hispánicos]] fue gobernado por [[virrey]]es o gobernadores de los [[Anexo:Reyes_de_España|reyes de España]], viviendo bajo el dominio de la rama española de la [[casa de Habsburgo]], compartiendo el mismo monarca en una [[unión dinástica|monarquía dual]] ''[[aeque principaliter]]'', que se prolongaría hasta [[1640]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}} Al tiempo, en Madrid existía un Consejo de Portugal —compuesto en exclusiva por portugueses— para asesorar al rey sobre asuntos concernientes al reino.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=21}}{{harvnp|Bouza|1991|p=215}} Portugal conservó, empero, sus propias leyes e instituciones,{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=108}}{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=100}} que le permitieron mantenerse como nación cuasiindependiente con un importante imperio ultramarino que le otorgaba grandes ventajas económicas.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=231}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}} El rey se comprometió además a defender el vasto imperio portugués, que se extendía por territorios americanos, africanos y asiáticos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}} Los nobles aumentaron su poder político y económico a costa del de la Corona.{{harvnp|Bouza|1991|p=214}} No obstante, la autonomía portuguesa se redujo durante el reinado de [[Felipe III de España|Felipe III]].{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=100}}

La ilusión inicial de las dos partes, que esperaban prosperar con la unión, duró aproximadamente hasta la firma de la [[Tregua de los Doce Años]] con las [[Provincias Unidas de los Países Bajos]] en 1609.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}} La tensión creció a partir de entonces, ahondada por las depredaciones holandesas en Brasil, que se acentuaron tras el fin de la Tregua.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}}{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=45}}{{refn|group="nota"|La tregua tampoco impidió a los holandeses continuar el despojo de las posesiones portuguesas en Asia, muy menguadas ya entre 1600 y 1609.{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=45}}}} El aumento de impuestos de 1611 tampoco mejoró la situación, al empobrecer a la población, y la crisis económica y política se ahondó durante la década siguiente.{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=100}} A partir de 1630, se extendió el espíritu de la sublevación que se desató finalmente en 1640.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=20}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=109}} La década se caracterizó por las sucesivas revueltas y el malestar social: las hubo en Oporto y Lisboa en 1629 y en Évora en 1637.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|p=19}}{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=101}} La principal causa del descontento eran los perjuicios que para los portugueses suponía el conflicto entre la Corona y los holandeses.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=20-21}}{{harvnp|Prestage|1934|p=89}} A esto se unió, a principios del reinado de Felipe IV, la reglamentación a la que el valido regio, [[conde-duque de Olivares]], sometió el comercio luso.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=21}} Otra de las razones del descontento era la incapacidad real para defender las colonias de otras potencias como Francia en Inglaterra,{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=101}} pese a los esfuerzos gubernamentales, poco apreciados en Portugal.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=21-22}}{{refn|group="nota"|Ejemplo de ello fue la gran operación de [[Jornada del Brasil|recuperación de Bahía]] en 1625,{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=46}} que no satisfizo del todo a los portugueses.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=22}}}}{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=45}} Un cuarto motivo de queja, la ausencia del soberano, en realidad era hipócrita, pues la nobleza la aprovechó para aumentar su poder en el territorio mediante la participación en juntas de administración que trataban de rivalizar con el poder del virrey.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=21}}{{harvnp|Bouza|1991|p=215}} Relacionada con esta se hallaba el empeño real en recuperar las rentas que le correspondían, entregadas principalmente en usufructo a la nobleza, y reformar la tributación para aumentar las contribuciones de los privilegiados, objetivos que disgustaron profundamente a los portugueses.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=22}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=111}}

Los partidarios de la unión, los que habían salido favorecidos por ella (los miembros de la Administración, el alto clero y la alta nobleza) defendían en general la interpretación de la Corona del pacto de las Cortes de Tomar: una merced real que el rey podía mudar cuando desease.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=109}}{{harvnp|Bouza|1991|p=217}} Los preteridos, fundamentalmente la baja nobleza,{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|pp=110-111}} temían perder sus privilegios, ser víctimas de las revueltas populares cada vez más frecuentes o ser perjudicados por los asaltos de ingleses y holandeses.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=109}} Así, estos nobles tampoco eran favorables a los Austrias.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=65}} Estos veían en la política fiscal de la corte madrileña una vulneración de sus privilegios y encontraban en los grandes nobles instalados en la corte un obstáculo a sus ambiciones de promoción.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=226}}

Las política fiscal de la Corona en perjuicio de los privilegiados, tanto laicos como eclesiásticos, tuvo un papel descollante en originar la conjura de 1640.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=109}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=65}} El objetivo de la Corona era aumentar{{harvnp|Bouza|1991|p=216}} la recaudación y que la aportación de la nobleza y el clero creciese; estas clases, por su parte, rechazaron cualquier infracción de sus privilegios fiscales, que las eximían de impuestos fijos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=109}} Los fondos habían de sufragar nuevas flotas, necesarias para enfrentarse a los holandeses, que se habían adueñado de [[Pernambuco]] (1630).{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=111}}{{harvnp|Prestage|1934|p=89}} El plan reformista, que afectó a todas las clases sociales,{{harvnp|Bouza|1991|p=216}} se aceleró con la llegada de la nueva virreina, [[Margarita de Saboya]], duquesa de Mantua, en 1634.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=110}} Entre las medidas financieras se contó la elaboración en 1635 de un inventario de bienes raíces eclesiásticos con el fin de desamortizar algunos, cuya posesión por la rica Iglesia lusa era ilegal.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=24}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=110}} La medida suscitó la enemistad de esta hacia la Corona.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=24}} Especial inquina hacia los Habsburgo mostraba la [[Orden jesuita]], que había tenido varios conflictos con la Corona y Castilla desde el comienzo de la unión.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=24-25}} En 1637 el rey ordenó la creación de un catastro de propiedades de la nobleza, otra medida que atizó el descontento.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=25}} En agosto de ese mismo año, la imposición de un nuevo impuesto al vino y a la carne y el incremento de las [[Sisa (impuesto)|sisas]] en un momento de crisis económica y malas cosechas desataron una sublevación popular que empezó en [[Évora]] y se extendió velozmente por el sur del reino.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=25}} A diferencia de la nobleza, que se abstuvo de participar en ella, pero tampoco contribuyó a sofocarla, algunos miembros de la Compañía de Jesús sí apoyaron a los rebeldes.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=25}} El rey hubo de enviar tropas castellanas para aplastar la rebelión y seguidamente, en 1638, convocó a gran parte de los nobles a Madrid para amonestarlos por su pasividad.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=25}}

Ese mismo año de 1638 se convocó en Madrid la Junta Grande de Portugal, para reformar el gobierno del reino.{{harvnp|Bouza|1991|p=218}} Se suprimió el Consejo de Portugal (marzo de 1639), sustituido por dos juntas, una sita en Lisboa y otra en Madrid —dominadas por secretarios portugueses fieles a Olivares—, y se pretendió cambiar el sistema gubernamental y permitir que los castellanos participasen en la gestión del reino portugués, algo prohibido por las Cortes de 1581.{{harvnp|Bouza|1991|pp=218-219}}{{harvnp|De Luxán Meléndez|1987-1988|p=63}} El nuevo sistema administrativo no llegó, empero, a aplicarse.{{harvnp|De Luxán Meléndez|1987-1988|p=63}}

El fracaso{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|pp=153-154}}{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=46}} de las expediciones para recobrar Pernambuco en 1638 y 1639 alimentaron la tensión.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=28-29}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=65}} Los portugueses temían que los holandeses amenazasen también [[Angola]] y [[Santo Tomé y Príncipe|Santo Tomé]], de donde procedían los esclavos que llevaban al Brasil.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=29}} La competencia de los tintes de la América española habían arruinado la industria en las [[Azores]] y [[Madeira]] había perdido el comercio azucarero con Bahía, prohibido para evitar la venta que se hacía sin pagar impuestos a la Corona.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=29}} Esta situación hizo que las colonias portuguesas del Atlántico estuviesen cada vez más descontentas con el gobierno madrileño.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=29}}

Este periodo acumuló descontentos —mayormente durante el reinado de [[Felipe IV de España|Felipe IV]]— que resultaron en dos revueltas populares habidas en [[1634]] y [[1637]] en la región del [[Alentejo]] y en algunas otras ciudades que no llegaron a tener proporciones decisivas, y en la instauración, el [[1 de diciembre]] de [[1640]], de la [[dinastía de Braganza]], iniciándose con ella la guerra de separación de Portugal que enfrentó a [[Portugal]] y [[España]].

== El levantamiento de 1640 ==

=== Primeras revueltas ===
[[Archivo:Pourbus, Frans II - Marguerite of Savoy - Hermitage.jpg|thumb|Margarita de Saboya, duquesa de Mantua y Montferrato, virreina de Portugal, en un retrato de [[Frans Pourbus el Joven|Frans Pourbus]] (1569-1622).]]

El proyecto de castellanización de los territorios peninsulares impulsado por el [[conde-duque de Olivares]] supuso el aumento de la presión fiscal.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=231}} Las peticiones financieras y militares del valido originaron varias revueltas ya en la década de 1620 y 1630.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=231}} A estas se sumó el desencanto de parte de las clases privilegiadas portuguesas, que habían esperado beneficiarse de la unión de los imperios coloniales pero tuvieron que afrontar los ataques reiterados de los enemigos del rey a las posesiones de ultramar.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=231}}

Existía un claro hartazgo de la presión fiscal que debían soportar los portugueses y el pueblo comenzaba a manifestarse en las calles.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=130}} Las revueltas contra la dominación española tuvieron como antecedentes, entre otros, el [[Motín de las mazorcas]], que estalló en [[Oporto]] en [[1628]].{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=231}} La [[revuelta de Manuelinho]] de [[Évora]], en [[1637]], fue un precursor del movimiento restaurador.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=231}} Fue un levantamiento popular antifiscal que contó con el apoyo de algunos de los conjurados de 1640.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=113}} Los privilegiados atizaron la revuelta, pero no participaron en ella.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=113}} Finalmente, tropas castellanas la sofocaron en 1638.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=113}} El duque de Brazanga, esperanza de los privilegiados para restaurar una dinastía portuguesa en el trono y figura necesaria para ello, se mostró reacio a implicarse en sus maquinaciones.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|pp=113-114}} El duque era el principal propietario del reino, su principal aristócrata.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=114}} El pueblo, a diferencia del duque y exasperado por la presión fiscal de los Austrias, estaba dispuesto a alzarse.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=113}}

Estos movimientos se propagaron por otras regiones del [[monarquía|reino]], con la intención de deponer la [[Portugal bajo la Casa de Austria|dinastía filipina]] y entronizar nuevamente una portuguesa. De ese modo estallaron insurrecciones y motines en localidades como [[Portel]], [[Sousel]], [[Campo de Ourique]], [[Vila Viçosa]], [[Faro]], [[Loulé]], [[Tavira]], [[Albufeira]], [[Coruche]], [[Montargil]], [[Abrantes]], [[Sardoal]], [[Setúbal]], [[Oporto]], [[Vila Real]] y [[Viana do Castelo]], en las regiones de [[Alentejo]] y [[Algarve]]. La causa inmediata de estos alborotos fue la imposición de nuevos impuestos y las difíciles condiciones de vida de la población bajo el dominio español. El movimiento insurreccional no consiguió destituir el gobierno instaurado en Lisboa, sucumbiendo al refuerzo de tropas castellanas que acudieron en su auxilio para reprimir la revuelta.

=== Portugal y la política de Olivares ===
El [[conde-duque de Olivares]], [[valido]] del rey [[Felipe IV de España]], alegando desear constituir una junta de personas notables, llama a [[Madrid]] a los hidalgos de más alto nivel. Al mismo tiempo, con el pretexto de la guerra con Francia, manda reclutar tropas por todo Portugal y ordena al [[Duque de Braganza]] el envío de mil soldados armados. Consciente de las conjuras de parte de la nobleza en favor del duque de Braganza, trató en vano de traer a este a Madrid o alejarlo de Portugal, ofreciéndole para ello el gobierno del [[Milanesado]].{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=232}}

Las reformas reales dejaron a la nobleza media —la alta nobleza, al igual que el alto clero, se hallaba asimilada a la dinastía—, en la disyuntiva de someterse a ellas o rebelarse.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=29}} La Corona esperaba que optase por adaptarse a la nueva situación que pretendía implantar con las nuevas medidas, pero la eliminación de la ventaja militar a finales de la década de 1630 por la derrota de [[Batalla de las Dunas (1639)|Las Dunas]] y el estallido de la [[Sublevación de Cataluña]] allanó el camino al levantamiento.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=29}}{{harvnp|Rodríguez Trejo|2015|p=550}} A la pérdida de los barcos necesarios para bloquear la costa en el combate con los holandeses se unió la falta de tropas de tierra para sujetar Portugal cuando las fuerzas disponibles en la península trataban de sofocar el levantamiento catalán.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=29}}

En agosto de 1640, se renuevan las tentativas de involucrar a Portugal en las empresas bélicas de la Monarquía con motivo de la guerra con [[Francia]], y las revueltas en [[Holanda]] y [[Cataluña]]. Convoca a toda la nobleza, para acompañar a ''Filipe III'' a las [[Cortes de Aragón (Antiguo Régimen)|Cortes Aragonesas]]. Se realizan importantes solicitudes de soldados que debían marchar hacia Cataluña, a costa del tesoro portugués. Era la estrategia para la prevención de la resistencia portuguesa frente a [[Unión de Armas|los proyectos uniformadores de Olivares]].

=== La conjura ===
[[Archivo:Joao IV.jpg|thumb|João II, [[duque de Braganza]] quien posteriormente sería coronado como rey [[João IV de Portugal]].]]
Los conjurados que llevaron a cabo el golpe pertenecían fundamentalmente a aquellos que se consideraban postergados en la obtención de mercedes, fundamentalmente sectores medios.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=112}} El grueso de los conspiradores pertenecía a la nobleza media provinciana.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=226}} La alta nobleza, los llamados ''fidalgos'', principales ostentadores de señoríos en Portugal, permanecieron en conjunto fieles a Felipe IV o terminaron exiliándose.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=226}} Solamente cuatro de ellos (los condes de Vimioso, Castanheria y Autouguia y el marqués de Ferreira) se contaron entre los conspiradores, pese a la posterior leyenda de los «cuarenta fidalgos» que se afirmaba habían llevado a cabo el cambio dinástico.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=226}} El objetivo, que alcanzaron, era la destitución de [[Portugal bajo la Casa de Austria|los Habsburgo]] y la proclamación de un nuevo rey de origen portugués.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=65}} Los conjurados emplearon la tradición para justificar el alzamiento ante el grueso de la población: presentaron el golpe y el cambio de dinastía como un acto de justicia que corregía la teórica injusticia cometida en 1580 contra la Casa de Braganza.{{harvnp|Rodríguez Trejo|2015|p=560}} En realidad, era una reacción para impedir la amputación de las prebendas de los grupos privilegiados portugueses, objetivo al que se acabaron sacrificando los intereses económicos del reino.{{harvnp|Rodríguez Trejo|2015|p=560}}

Finalmente se llegó a la conclusión de la necesidad de realizar una revolución, resolviendo enviar a [[Vila Viçosa]] a un emisario, encargado de proponer al duque de Braganza que aceptase el trono. Estas reuniones se verificaron en el palacio de D. Antão de Almada, hoy conocido por esa razón como [[Palácio da Independência]].

El elegido por los conjurados, Juan, octavo duque de Braganza,{{harvnp|Bouza|1991|p=206}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=65}} se hallaba retirado en su palacio de [[Vila Viçosa|Villaviciosa]], dedicado a su pasión: la música.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=29}} Era uno de los nobles asimilados a la dinastía reinante, de la que no solo había obtenido la confirmación de sus privilegios, sino que los había aumentado.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=114}} Estaba emparentado además con varios linajes de Castilla y su [[Luisa Francisca de Guzmán|esposa]] era hermana del [[Gaspar de Guzmán y Sandoval |duque de Media Sidonia]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=114}} No obstante, mantuvo una actitud ambigua que le reportó beneficios de dos sectores: la corte trató de mantenerlo fiel mediante la concesión de mercedes y la falta de definición clara respecto de los Austrias le permitió seguir atrayendo opositores.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=227}} Pese a las sugerencias y amenazas de los confabulados y las esperanzas de liberación que el pueblo depositaba en él, no parecía dispuesto a sumarse a la rebelión.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=29}} En principio, se negó a ello.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=114}} Su concurso era importante, empero, para justificar el alzamiento como restauración de la [[Casa de Braganza]], nativa, frente a los foráneos Austrias.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=29, 227}} También para asegurar rentas a la Corona: el duque era señor de cuarenta y cinco lugares y ciento setenta mil vasallos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=227}} Pese a las justificaciones vagamente nacionalistas, los conjurados pretendían en realidad implantar una nueva dinastía más favorables a sus intereses.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=29-30}} Presentaban su ideario nacional para ganarse el apoyo del pueblo, harto del aumento de la presión fiscal y animado a sumarse a la empresa por la Iglesia.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=30}} El duque solo aceptó el trono en 1640, después de que la pérdida de la armada en [[Batalla de las Dunas (1639)|Las Dunas]] y el envío de las tropas para sofocar la [[Sublevación de Cataluña]] —que había empezado en junio—{{harvnp|Moreno Ramos|1995|p=50}} desvaneciesen el peligro del rápido aplastamiento de la sublevación.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=115}} Ante su negativa inicial, los confabulados trataron en vano de ofrecer el trono a su hermano [[Eduardo de Braganza|Eduardo]], que evitó comprometerse.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|pp=115-116}} En 1639 la red de conjurados creció, pero no lo bastante para que el duque aceptase unirse a ellos: volvió a rehusar hacerlo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=116}} El número siguió creciendo en 1640 y de nuevo trataron de ganarse al duque, que una vez más rechazó hacerlo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=116}} Incapaces de ganarse al duque, los conspiradores lo amenazaron con proclamarlo rey sin su consentimiento en agosto o septiembre o incluso con instaurar una república; la amenaza resultó infructuosa y Juan siguió sin aceptar unirse a la conjura.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=116}} El llamamiento de Felipe IV para que acudiesen con sus vasallos a combatir en Cataluña, sin embargo, favoreció a los conspiradores, pues los nobles, reacios a hacerlo, se mostraron por fin más dispuestos a sostener al duque, que acabó por aceptar unirse al plan, aunque no a desencadenarlo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=117}} Juan aceptó la corona siempre que la insurrección triunfase: mientras, permanecería en Villaviciosa.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=117}}

Para tratar de desbaratar en el último momento el alzamiento, Olivares convocó al duque a Madrid a finales de 1640.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=30}} Presionado por los conjurados, el duque se excusó y afirmó que marcharía a la capital más adelante; la convocatoria solo sirvió para acelerar el plan de rebelión.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=30}}

Aprovechando la concentración de las tropas españolas en [[Sublevación de Cataluña|Cataluña]], los conjurados proclamaron la independencia el 1 de diciembre de 1640.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=232}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=65}}{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=101}}{{harvnp|Prestage|1934|p=89}}{{harvnp|Moreno Ramos|1995|p=50}} La iniciativa no partió del pueblo, que apoyó no obstante la acción firmemente,{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=65}} sino de la clase gobernante portuguesa.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=232}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=104}} La rebelión gozó en realidad de apoyo en todas las clases sociales portuguesas, si bien parte de la alta aristocracia, la jerarquía eclesiástica y la burguesía siguió manteniéndose partidaria de los Habsburgo.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=65}}

=== El levantamiento ===
[[Archivo:Frontispiece - Histoire des Revolutions de Portugal (Vertot, 1729).png|Representación de la defenestración de [[Miguel de Vasconcelos]].|miniatura]]
A las nueve de la mañana del sábado [[1 de diciembre]] de [[1640]], los conjurados ingresaron al [[Palacio de Ribeira|Paço da Ribeira]], situado en la [[Praça do Comércio]] de [[Lisboa]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=30}} Tras enfrentarse a la guardia tudesca, asesinaron y [[defenestración|defenestraron]] por la fachada del [[Palacio de Ribeira|Palacio Real]] al [[secretario de Estado]], [[Miguel de Vasconcelos]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=117}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=30}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=104}} Arrestaron a la virreina en su gabinete, mientras trataba desde la ventana de calmar a la multitud y se comprometía a interceder ante Felipe IV por el asesinato de Vasconcelos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=117}} La virreina creía que el tumulto era una más de las frecuentes protestas antifiscales, no un golpe contra la dinastía reinante.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=119}} En apenas unas horas la ciudad cayó en manos de los conspiradores.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=30}} De inmediato se enviaron emisarios a todo el reino para anunciar el levantamiento.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=30}} Los rebeldes presentaron el levantamiento como una restauración de lo que consideraban el orden legítimo frente al tiránico y extranjero representado por los Austrias españoles.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=104}} La propaganda bragancista, muy abundante, trató de justificar el cambio político como una acción nacional de recuperación de la independencia de manos de un soberano tildado de tirano.{{harvnp|Bouza|1991|p=207}} Los «mejores del país» habrían tomado la decisión, según la propaganda, de liberar el reino de tal situación de injusticia.{{harvnp|Bouza|1991|p=208}} En realidad, era un golpe de una minoría privilegiada para recuperar el poder político por la fuerza y proteger sus privilegios, amenazados por el gobierno de Felipe IV.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=106}}{{harvnp|Dores Costa|2005|pp=3-4}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=227-228}} En lugar de este aclamaron al [[duque de Braganza]] como rey, con el título de [[Juan IV de Portugal]], dando inicio a la cuarta dinastía, la [[Dinastía de Braganza]].{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=101}}

En realidad, el duque permaneció prudentemente en [[Vila Viçosa|Villaviciosa]], lejos de la capital, lo que no mejoró su prestigio.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=227}} Llegó a Lisboa el 6 de diciembre, y ascendió al trono formalmente el 15 del mes.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=227}}

Posteriormente fue encerrada en el [[Convento de Santos-o-Novo]].{{#tag:ref|El día 1 de diciembre, los hidalgos invaden el palacio. D. Antão de Almada y D. Carlos de Noronha, se reúnen con la duquesa de Mantua y le dicen que Portugal no reconoce otro rey sino a D. João IV. La virreina intentó imponerse, pero D. Antão de Almada la convenció para que aceptase la decisión y saliese de allí. Altivamente la duquesa le preguntó: «¿Me manda a salir a mí? ¿Y de qué manera?» —Carlos de Noronha le respondió: «Obligando a Vuestra Alteza ya que, si no quisiera salir por aquella puerta, tendrá que salir por la ventana.»|group=nota}}

El nuevo gobernante autorizó a Margarita de Saboya que partiera para España en los primeros días de diciembre de ese mismo año. El momento fue oportunamente escogido, ya que la casa de Habsburgo afrontaba en esa época los problemas derivados de la [[Guerra de los treinta años]] y la [[Sublevación de Cataluña (1640)|Sublevación de Cataluña]].

La confirmación del triunfo del alzamiento llegó a Madrid el 7 de diciembre, donde se prohibió bajo pena de vida que se hablase del asunto.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=31}} Hasta mediados de mes, el Gobierno confió en poder retomar el control del reino vecino.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=31}} Finalmente y como ya había sucedido en 1637, movilizó a la nobleza fronteriza; únicamente le frontera extremeña quedó encomendada a un ejército real.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=31}} Sin embargo, el hartazgo de la nobleza a contribuir a los gastos bélicos —ya lo hacía en el frente aragonés— hizo que el Gobierno tuviese que mantenerse a la defensiva ante Portugal.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=31}} Durante las siguientes dos décadas, este frente quedó preterido y en él se concitaron el descontento de los generales encargados de dirigirlo, la corrupción y la deserción de la tropa.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=31-32}} La debilidad de los dos enemigos hizo que los enfrentamientos bélicos que debían decidir la cuestión de la independencia portuguesa se fuesen retrasando y que la guerra durase más de veintisiete{{harvnp|White|1985|p=8}} años —el conflicto más largo del siglo {{SIGLO|XVII}} en la [[península ibérica]]—,{{harvnp|Revilla Canora|2015|pp=389-390}} hasta que la regencia de [[Carlos II de España|Carlos II]] se avino finalmente a firmar la paz con Portugal y a reconocer la autoridad de la nueva [[Casa de Braganza|dinastía Braganza]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|p=19}}

==Extensión del alzamiento: los territorios de ultramar==
===Situación===
Brasil había cambiado notablemente durante los sesenta años de gobierno de los Habsburgo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=151}} Las capitanías del centro y norte habían desarrollado un sistema de plantaciones basadas en el trabajo de esclavos traídos fundamentalmente de [[Angola Portuguesa|Angola]] y dedicadas a la producción de azúcar, muy lucrativa.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=151}} La principal tensión en el territorio era la suscitada por el apresamiento de la población aborigen por parte de los [[Bandeirantes|colonos]], fundamentalmente de [[Río de Janeiro]] y [[São Paulo|San Pablo]], que los sometían a la esclavitud.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=152}} A ello se oponían los [[Compañía de Jesús|jesuitas]] tanto por motivo religiosos como políticos, ya que cuantos mayor fuesen las [[Reducciones Jesuíticas|reducciones]], mayor era su poder.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=152}} Los asaltos de los esclavistas también tuvieron por objetivo las reducciones desde principios del siglo {{SIGLO|XVII}}, lo que agudizó las tensiones.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=152}} La Corona había ratificado en 1609 la libertad de los indios y la prohibición de esclavizarlos, pero sin efecto alguno; algunas autoridades brasileñas y paraguayas colaboraban incluso con las actividades de los denominados ''bandeirantes''.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=152}} Río de Janeiro y San Pablo eran además zonas de escaso respeto a la autoridad regia, dominadas por oligarquías locales.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=153}} La Corona toleraba las desobediencias y la expansión del territorio hacia el interior por lo rentable que era.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=153}} La tensión por la esclavitud de los nativos se había agudizado pocos meses antes de la rebelión el Portugal: ante la bula papal de abril de 1639 que confirmó la prohibición de esclavizarlos, Río de Janeiro rechazó en 1640 que los jesuitas pudiesen protegerlos San Pablo expulsó a los miembros de la orden en agosto.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=154}}{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|pp=50-51}}

===Evolución===
====Brasil====
Al bloqueo de Portugal, territorio pobre en recursos, falto de cereales y plata para financiar sus importaciones, que el Gobierno madrileño decretó el 10 de enero de 1641, se unió el intento del conde-duque de conservar las colonias.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=32}} Las advertencias a estas para que se mantuviesen fieles al rey Felipe, sin embargo, en general no surtieron efecto.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=32}} En Brasil el virrey era fiel a los Austrias, pero la influencia de los jesuitas, partidarios de los Braganza —que creían serían más débiles en América y a consecuencia de ello crecería el poder de la orden—,{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|pp=154-155}} hizo que el territorio se sometiese al rey Juan en febrero y marzo de 1641,{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=155}} primero en [[Estado de Bahía|Bahía]] y luego en [[Río de Janeiro]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=32-33}}{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=50}} Madrid ordenó a los territorios americanos españoles que desarmasen a la población portuguesa asentada en ellos y que la asentasen lejos de las costas, orden que se cumplió donde las autoridades lo consideraron factible.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=155}} Aprovecharon además para eliminar la competencia de la población portuguesa, asentadas en los territorios castellanos en su mayoría ilegalmente.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|pp=155, 161}} Algunos castellanos afincados en San Pablo y algunos colonos lusos opuestos al cambio de dinastía trataron infructuosamente de proclamar un rey propio hasta que les llegasen refuerzos de [[Buenos Aires]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=156}} En Río de Janeiro también hubo problemas para el gobernador, del que se sospechaba era secretamente partidario de los Habsburgo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=157}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=84}}

El disgusto de los colonos con la actitud filojesuita del rey Juan, si bien titubeante, hizo que algunos de ellos enviasen a un sacerdote para proponer la vuelta de la colonia a la obediencia de los Habsburgo a cambio de que Felipe IV admitiese la propiedad de los indios.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|pp=157-158}} La oferta se hizo en septiembre de 1647 en Madrid, en un momento de graves apuros para el Gobierno madrileño, tras las [[República Napolitana (1647)|rebeliones de Nápoles]] y Sicilia en julio, la inminente [[suspensión de pagos]] de octubre y la peor cosecha de cereal en Castilla en lo que se llevaba de siglo, y fue rechazada.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=159}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=85}} Las simpatías de los colonos por Juan IV, sin embargo, no crecieron en los años siguientes: la fundación en el invierno de 1649 de la [[Compañía de Comercio del Brasil]] a la que se concedía el monopolio de exportación a la colonia de productos básicos como el vino, el aceite, la harina y el bacalao, y el de la importación a Lisboa del [[palo de Brasil]] y de transporte de azúcar a Europa disgustó hondamente a los colonos, obligados a pagar precios superiores por las importaciones desde Portugal y por exportar el azúcar.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=159}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=84}} El abastecimiento de esclavos mejoró tras la reconquista de Angola en 1648, que satisfizo tanto a los hacendados brasileños como a la Corona portuguesa, que obtenía pingües beneficios del tráfico.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=85}}

Para los territorios españoles de América, el principal problema por el cambio de lealtades de Brasil fue la pérdida del suministro de esclavos{{refn|group="nota"|El tráfico de negros esclavos había pasado del [[Consulado del Mar]] sevillano a un consorcio de mercaderes portugueses por decisión de [[Felipe II de España|Felipe II]] a finales del siglo {{SIGLO|XVI}}.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=165}}}} y el comercio entre Buenos Aires y el sur de Brasil, que continuó de manera ilegal.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|pp=162-163}} El problema del abastecimiento de esclavos en la América española y de obtención de la plata americana para los portugueses se solucionó con los genoveses como intermediarios entre las partes, dada la negativa del Gobierno madrileño a permitir el comercio directo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=169}}

====África y Asia====
El aviso a [[Angola]], principal fuente de esclavos para la América española, tardó tanto que dio tiempo a que la colonia reconociese al nuevo rey portugués en abril.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=33}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=156}} Lo mismo sucedió en Guinea.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=33}} De África la noticia pasó a Asia, donde la India portuguesa y [[Macao]], disgustadas con el gobierno de los Austrias, aceptaron a Juan&nbsp;IV sin dificultad.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=33}} Sin embargo, los representantes de Macao ofrecieron volver a la obediencia de Felipe IV si la defensa de la colonia, amenazada por los holandeses, la aseguraban los castellanos y se les permitía afincarse en [[Manila]], condiciones que el Gobierno español rechazó.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=135}} El comercio entre Macao y Manila, prohibido teóricamente, continuó, empleándose para ello navíos holandeses e ingleses.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=135}} Las colonias asiáticas esperaban que el cambio de dinastía permitiese firmar una tregua con los holandeses, cosa que no sucedió.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=33}} En agosto una escuadra holandesa se apoderó de [[Luanda]];{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=156}} poco después también aumentó el acoso neerlandés en Asia.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=33}}

[[Ceuta]] y [[Tánger]] en principio se mantuvieron fieles a los Austrias, aunque la segunda reconoció la soberanía de los Braganza en septiembre{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|p=979}} de 1643 y los intentos españoles por recuperarla fracasaron.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=129}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=521}} El cambio de bando de Tánger acabó con la unidad defensiva de la zona del [[estrecho de Gibraltar|estrecho]] que hasta entonces habían tenido los Austrias.{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=521}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|p=979}} Ceuta se conservó pese al descontento de la población por la dependencia alimentaria y comercial del lugar respecto de Andalucía, que la abastecía de grano.{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|pp=979-980}} La mayoría de los territorios ultramarinos, contrarios a las medidas de reforzamiento de la autoridad real, limitación de la de los gobernadores, y persecución de la corrupción, se pasaron a la nueva dinastía, esperando que las eliminase.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=129}} Se oponían en especial a la implantación del [[juicio de residencia]] y a la ampliación del poder judicial mediante el uso de ''ouvidores''.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=129}}

La India portuguesa salió perjudicada por la independencia: en 1640 contaba con veintiséis plazas, mientras que en 1666 apenas conservaba dieciséis.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=129}} El rey Juan, centrado en mantener Brasil, se mostró dispuesto a desprenderse de las posesiones indias y cedió [[Bombay]] y Tánger a los ingleses en 1661.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=129}}

== Preparativos para la guerra ==
[[Archivo:Philip IV of Spain - Velázquez 1644.jpg|thumb|right|[[Felipe IV de España|Felipe III de Portugal y IV de España]], el monarca desposeído de Portugal por el golpe de diciembre de 1640, que intentó recobrar vanamente hasta su muerte en 1665, si bien ya en 1664 había emprendido contactos para acabar con la dilatada contienda.]]
Inmediatamente después de asumir el trono portugués, Juan IV tomó varias medidas para fortalecer su posición. El [[2 de diciembre]] se dirigía como soberano por cédula real fechada de [[Vila Viçosa]] a la Cámara de [[Évora]]. El camino a seguir fue la reorganización de todas las fuerzas para la acometida que se preveía. Por lo tanto, el [[11 de diciembre]] decidió crear el [[Consejo Supremo de Guerra]] para promover en todo lo relacionado con el [[ejército]]. Posteriormente creó la [[Junta de Fronteras]] que se hizo cargo de las fortalezas fronterizas, la defensa de [[Lisboa]], las guarniciones y los puertos marítimos. El 28 de enero de 1641, comenzaron las sesiones de las Cortes que legitimaron la «restauración» de Juan al trono portugués.{{harvnp|Bouza|1991|p=206}}{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=101}} 

Además de despachar embajadores a algunas cortes europeas para recabar el reconocimiento y apoyo al nuevo rey, el principal asunto que se trató fue la defensa del reino, pues se esperaba que Castilla reaccionase militarmente a la proclamación de Juan IV.{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=101}} Se dispusieron fábricas de pólvora, salitre, armas, munición y arsenales; se creó un ejército permanente y organismos como el Consejo de Guerra y la Junta de Frontera para gestionar los asuntos marciales, desde la estrategia a la supervisión de las fortalezas, la administración de las partidas destinadas a costear la guerra o el pago de las soldadas.{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=101}} El país quedó dividido en seis regiones militares: Douro y Minho, Tras-os-Montes, Beira, Estremadura, Alentejo y Algarve, de las cuales la penúltima era la mayor y la más vulnerable.{{harvnp|Graça de Sousa|2018|pp=101-102}} Se emprendió una serie de obras de fortificación tanto de la frontera como de las ciudades del interior, en especial de las consideradas objetivo principal de los posibles ataques españoles.{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=102}} En el Alentejo, las principales poblaciones que se fortificaron fueron [[Évora]], [[Campo  Maior]], [[Juromenha]], [[Ouguela]], [[Elvas]], [[Estremoz]], [[Monsaraz]], [[Olivenza]], [[Beja (Portugal)|Beja]], [[Moura]] y [[Serpa]].{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=104}} Mientras que la defensa de la larga costa se encomendaba a potencias navales, el ejército portugués se dedicaba a a proteger la también extensa frontera terrestre.{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=519}} La estructura defensiva consistía en tres líneas: la fronteriza, con las principales fortalezas casi en simetría con las españolas ([[Caminha]] frente a [[La Guardia (Pontevedra)|La Guardia]], [[Valença (Portugal)|Valença]] frente a [[Tuy (Pontevedra)|Tuy]], [[Castelo Rodrigo]] y [[Almeida (Portugal)|Almeida]] frente a [[Ciudad Rodrigo]], [[Marvão]] frente a [[Valencia de Alcántara]], [[Elvas]] y [[Olivenza]] frente a Badajoz y [[Castro Marim]] frente a [[Ayamonte]]), la interior que engarzaba [[Guarda (Portugal)|Guarda]], [[Abrantes]], [[Estremoz]] y [[Évora]] y la costa, con Lisboa —capital del reino, su ciudad más poblada con casi cien mil habitantes y metrópoli de los territorios ultramarinos—{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=522}} y su círculo conformado por [[Cascais]], [[Torres Vedras]], [[Santarem]] y [[Setubal]] como núcleo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|pp=519-520}} La falta de combates de entidad dieron a Portugal dos  décadas en las que organizar la defensa: reconstruir las fortalezas, crear un ejército y hacerse con armas para la guerra.{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=118}}

La capital, mal abastecida, era vulnerable al bloque marítimo, como sucedió en 1650, 1657 y 1658, aunque no a manos de la débil Armada española, sino de los ingleses en el primer año y de la escuadra holandesa en los dos últimos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=522}} En general, las plazas fuertes y las unidades no contaron durante la contienda con soldados y medios suficientes, fundamentalmente por la falta de dinero.{{harvnp|Dores Costa|200|p=88}} El aumento de los efectivos se daba normalmente en momentos de peligro extremo: tras las grandes batallas, el ejército se desbandaba espontáneamente, impidiendo que pudiese utilizarse para aprovechar la derrota del enemigo.{{harvnp|Dores Costa|200|pp=87-88}}{{harvnp|Dores Costa|2005|p=6}} El Consejo de Guerra portugués calculaba en 1642 que contaba con dieciséis mil infantes y mil quinientos jinetes, pero las cifras reales eran bastante menores.{{harvnp|Dores Costa|200|p=88}} La principal desventaja se hallaba en la caballería, normalmente inferior en número a la enemiga, debilidad especialmente grave en la zona del Alentejo, por ser llana.{{harvnp|Dores Costa|200|p=90}} Una de las maneras de paliar la escasez de soldados era concentrar las de diversas plazas fuertes o incluso provincias allí donde aparecía el peligro, lo que requería de un sistema de información de los planes enemigos, que funcionó eficazmente.{{harvnp|Dores Costa|200|p=89}} La falta de soldados se mitigó también con el reclutamiento de milicianos, en ocasiones reacios al servicio, en especial fuera de su provincia de origen.{{harvnp|Dores Costa|200|pp=91-92}} El tercer método para paliar la falta de soldados fue el uso de extranjeros, medida cara que impuso cambios fiscales para costearla.{{harvnp|Dores Costa|200|pp=92-93}} En todo caso, la formación y sobre el mantenimiento de los ejércitos eran complicados.{{harvnp|Dores Costa|2005|p=2}} Los soldados solían reclutarse mediante coacción y muchos de ellos desertaban, lo que obligaba a acometer nuevas levas.{{harvnp|Dores Costa|2005|p=2}} Muchos oficiales también abandonaban sus unidades, como forma de presionar para conseguir compensaciones para volver a ellas.{{harvnp|Dores Costa|2005|p=2}}

La situación fue algo confusa en los primeros momentos: el Gobierno madrileño permitió que los rebaños portugueses pasaran a Extremadura y los jornaleros lusos a participar en la siega en Castilla en 1641.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|pp=65-66}}{{harvnp|White1987|p=489}} El nuevo soberano portugués, en cambio, decretó que los castellanos residentes en Portugal debían alistarse en el ejército o abandonar el reino en grupos reducidos.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=66}} La corte madrileña sí que reforzó el control fronterizo, para evitar que los que cruzaban la raya llevasen armas o dinero a los que consideraba rebeldes, y distribuyó a los soldados portugueses que combatían en Cataluña entre los tercios castellanos.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=66}} Algunos cientos de soldados cambiaron de bando como les exhortó el Gobierno lisboeta, pero no otros; de hecho, en el ejército del frente catalán combatieron numerosos oficiales portugueses y la unidad en su conjunto llegó a estar al mando de un portugués, [[Francisco Manuel de Melo]].{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=66}} En general, la actitud de los soldados portugueses que entonces servían en los ejércitos de los Austrias dependió fundamentalmente de la de sus oficiales.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=67}} 

Un año después, en diciembre de 1641, creó un arrendamiento para asegurar que todas las fortalezas del país serían mejoradas y que las mejoras serían financiadas con los impuestos regionales. Posteriormente restableció las leyes militares de [[Sebastián I de Portugal]], con el fin de reorganizar el ejército y emprendió una campaña diplomática centrada en restablecer buenas relaciones con [[Inglaterra]].

Después de ganar varias pequeñas victorias, Juan trató de hacer las paces con rapidez. Sin embargo, su exigencia de que Felipe reconociese la nueva dinastía reinante en Portugal no se cumplió hasta el reinado de su hijo, [[Alfonso VI de Portugal|Alfonso VI]], durante la regencia de Pedro de Braganza, otro de sus hijos, que más tarde se convirtió en el rey [[Pedro II de Portugal]]. Los enfrentamientos con España duraron veintiocho años.

Tanto Madrid como Lisboa decretaron bloqueos comerciales con el enemigo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=133}} El español se mantuvo teóricamente hasta el final de la contienda, aunque el contrabando desbarató los dos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=133}}{{harvnp|White1987|p=489}} Los intentos españoles de que los ingleses se comprometiesen a no comerciar con Portugal fracasaron; los propios territorios de la Corona hispánica burlaban el bloqueo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=60}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|p=19}} El nuevo Gobierno portugués derogó los impuestos más odiados impuestos durante el periodo habsburgo, pero pronto implantó otros más onerosos, que justificó por la necesidad de sufragar la guerra de independencia.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=133}} El nuevo alza de la presión fiscal fomentó de nuevo el desencanto popular, que estalló en revueltas, menores que las de la década de 1630, ya en 1661.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=134}}

Por su parte, la corte madrileña trató de imponerse mediante cuatro instrumentos: la guerra, tanto terrestre y marítima, defensiva hasta 1657 y ofensiva a partir de ese año; la propaganda; la negociación; y el fallido bloqueo económico susodicho.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|p=19}} Madrid creía que la rebelión de 1640 contaba con escaso apoyo popular en Portugal y que cuando lograse apoderarse de algunas plazas la autoridad de los Braganza se hundiría puesto que el grueso de la población se uniría al ejército de Felipe IV.{{harvnp|White1987|p=221}} Para la propaganda de los Habsburgo, Juan IV era «el Tirano», un traidor.{{harvnp|White1987|pp=221-222}}

==Evolución interna de Portugal==
===Situación económica y social===
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  |título=<div align=center>'''Servicios aprobados por las Cortes portuguesas durante la guerra'''</div>
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  |pie='''Nota:''' <small>Según Valladares Ramírez p. 247.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=247}}</small>
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La población portuguesa peninsular rondaba el millón de habitantes, de los que unos doscientos mil pertenecían a los estamentos privilegiados (nobleza y clero).{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=244}} Los eclesiásticos eran unos cincuenta y cinco mil repartidos entre [[clero secular]] (treinta mil) y [[Clero regular|regular]] (veinticinco mil), apenas un 4 % de la población, pero muy influyentes en parte por sus grandes propiedades e ingresos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=244}} Tan solo el [[diezmo]] les reportaba anualmente un millón seiscientos mil cruzados, tres veces más que lo que la Corona ingresa por la [[Sisa (impuesto)|sisa]], uno de los dos pilares de la Hacienda regia junto con los aranceles.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=244}} Los Austrias habían intentado aumentar los ingresos regios mediante el aumento de los impuestos tradicionales y la creación de otros, exactamente igual que hubo de hacer luego Juan IV, que en 1641 creó el diezmo militar (pago de un 10 % de cualquier renta, incluidas las nobles y eclesiásticas).{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=244}} El novedoso impuesto proporcional y general debía servir entre otras metas para animar al pueblo a tributar al ver cómo también lo hacían los privilegiados que, sin embargo, se resistieron a ello.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=244}} La falta de ingresos hizo que incluso se recuperasen impuestos recién abolidos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=245}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=71-72}} El temor a los privilegiados y a las instituciones impidió abordar una reforma fiscal.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=246}} La guerra concluyó con la Hacienda con un déficit de dos millones de cruzados e ingresos menguantes.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=246}} Las exigencias fiscales y militares que traía la guerra disgustó tanto a los privilegiados, opuestos tanto a tributar como a servir en el frente, como al pueblo, descontento por la desigualdad en las tributación.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=246}} Los Braganza carecían además de la colaboración de los principales financieros lusos, prestamistas de Felipe IV que no apoyaron el cambio dinástico, que poco podía aportarles.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=71}} No podían contar tampoco con los genoveses, por idéntica razón, ni con los holandeses, en guerra con Portugal.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=72}} Pese a la propaganda antijudía de la nueva dinastía, que la empleaba para desprestigiar a la rival y ganarse el favor del importante sector antisemita eclesiástico, nobiliario y popular, la Corona hubo de moderar su actitud contra conversos y judíos, pues dependía financieramente de los mercaderes, muchos de ellos conversos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=72-73}} La nobleza temía, empero, que este sector mercantil le permitiese a la Corona afianzarse sin depender de ella, volviendo a una situación similar a de tiempos de Felipe IV.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=73}}

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  |título=<div align=center>'''Devaluación monetaria bélica en Portugal (1641-1668)<br /> Valor del marco de plata.'''</div>
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La Corona optó finalmente por cargar el grueso de las contribuciones finalmente sobre el pueblo ante la oposición a repartir las cargas fiscales entre todos los estamentos, aunque para ello hubo de lidiar con las sucesivas Cortes (1641, 1642, 1645 y 1653), que debían aprobar los servicios —las concesiones monetarias—.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=247, 249}} Al disgusto regio por la limitación de sus poderes que suponía la reunión de las Cortes —convocadas esencialmente por la situación menesterosa de la Corona, que necesitaba dinero para sostener la guerra—{{harvnp|Dores  Costa|2001|p=1147}} se sumaba el fraude fiscal que practicaban las oligarquías urbanas, que dominaban la representación de las ciudades en las Cortes.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=247}} La política fiscal de los Braganza fue desde muy pronto un calco de la que habían aplicado antes los Austrias.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=248}} Ante la dificultad de obtener los ingresos por otros medios, se primó los impuestos al consumo y al comercio, más injustos socialmente, pero más sencillos de recaudar que otros.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=248}} Esta decisión supuso, empero, perjuicios económicos: inflación, mengua de la demanda y la producción.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=248}} 

El conservadurismo del nuevo Portugal independiente hizo que las medidas en favor del comercio y las manufacturas fuesen escasas y las que hubo, como la creación de la Compañía del Brasil, suscitasen viva oposición.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=248}} Las necesidades bélicas tampoco permitieron acabar con la sumisión mercantil a Inglaterra.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=248}} Los sucesivos acuerdos internacionales obligaron a Lisboa a reducir los aranceles lo que dejó a las manufacturas nacionales, cada vez más caras, en mala posición para competir con las importadas.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=249}}

Por añadidura, la falta de plata, agudizada por la guerra, hizo que la moneda se devaluase un 74 % en menos de treinta años, algo que no había sucedido durante el gobierno de los Habsburgo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=249}} La falta de este metal impelió al Gobierno portugués a tratar de aumentar los intercambios con Castilla, para obtenerlo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=249}}

===Acontecimientos políticos internos===
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 | texto    =  Tras el fallecimiento de [[Juan IV de Portugal|Juan IV]] (izquierda) a finales de 1656,  [[Luisa de Guzmán]], su esposa y [[Anexo:Reinas consortes de Portugal|reina consorte de Portugal]], previamente [[Ducado de Bragança|duquesa de Braganza]], desempeñó el cargo de regente de su hijo [[Alfonso VI de Portugal]] (tercero), cuyo reinado tuvo por ministro principal a [[Luis de Vasconcelos e Sousa|Luís de Vasconcelos e Sousa, tercer conde de Castelo Melhor]]. Este llegó al poder mediante un golpe contra la reina regente en 1662 y lo perdió en otro protagonizado por el hermano del rey, [[Pedro II de Portugal|Pedro]] —luego Pedro II— en 1667.
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El golpe de diciembre a manos de parte de la alta nobleza portuguesa, contraria a las crecientes exigencias de la corte madrileña debidas a la crisis militar agudizada por la [[sublevación de Cataluña]] tuvo su contrapunto en la actitud de otra parte de ella, fundamentalmente afincada en Madrid, que permaneció fiel a Felipe IV.{{harvnp|Dores Costa|2005|pp=3-4}} Para los autores del cambio de dinastía y sus partidarios, el cambio de soberano tenía por fin principal eliminar la presión fiscal y política sufrida en tiempo de Olivares y mantener sus privilegios,{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=230}} por lo que eran reacios a volver a la misma situación, pero esta vez con la justificación de la defensa del reino en vez del aplastamiento de la rebelión catalana.{{harvnp|Dores Costa|2005|p=4}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=243-244}} El golpe se había hecho en nombre del bien público, pero, en realidad, para beneficio de los privilegiados.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=290}} Así, a la guerra por independizarse de Felipe IV se sumó el enfrentamiento soterrado entre el nuevo rey y los privilegiados, deseosos de limitar su poder y evitar que aplicase las mismas mediadas que aquel, y que se libró en paralelo a la larga contienda de independencia.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=230}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=290}} El temor al uso que pudiese dar el rey a los servicios aprobados por las Cortes limitaron estos en cuantía y en tiempo —a tres años—.{{harvnp|Dores Costa|2005|pp=3-4}}{{harvnp|Dores  Costa|2001|p=1148}} El motivo del levantamiento contra Felipe IV, idéntico al de otras rebeliones coetáneas, la abolición de las exigencias administrativas y fiscales inherentes a las guerras de aquel, estorbaba en la conducción de la contienda desatada por el alzamiento, que requería precisamente las estructuras administrativas y fiscales que se deseaban eliminar.{{harvnp|Dores Costa|2005|p=6}}

En un principio, Juan IV actuó con precaución: mantuvo el sistema legal del período anterior y a la mayoría de los cargos de responsabilidad.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=230}} Los mayores cambios que hizo fueron la creación del Consejo de Guerra, el Consejo Ultramarino y la reforma del Consejo de Estado y del Consejo de Hacienda.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=230}} Al mismo tiempo, trató de reforzar su poder señorial, ya antes de alcanzar el trono el mayor del reino.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=231}} Parte de la nobleza que no obtuvo lo que ansiaba del nuevo soberano formó la oposición a lo que se tildaba de tendencia autoritaria del rey.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=232}}

Juan IV sobrevivió al intento de asesinato de 1647 y murió de gota el 6{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=161}} de noviembre de 1656, después de haberlo hecho el heredero, [[Teodosio III de Braganza|Teodosio]], en 1653.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=232}} Así pues, obtuvo el trono un hermano del difunto Teodosio, [[Alfonso VI de Portugal|Alfonso]], de trece años, inseguro, caprichoso, violento, incapaz de ser instruido y aficionado a los bajos fondos de la capital, posiblemente como consecuencia de una enfermedad infantil que lo dejó perjudicado psíquicamente.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=161, 232-233}}{{harvnp|White1987|p=232}} Como el nuevo rey apenas tenía trece años, se estableció la regencia de la [[Luisa Francisca de Guzmán|reina madre Luisa de Guzmán]],{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=162}} asesorada por los consejos, que debía durar hasta que Alfonso cumpliese los veinte años.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=233}} La implantación de la regencia animó vanamente a los partidarios de limitar los poderes del rey y afianzar los de la nobleza mediante el gobierno de los consejos, que rechazó la reina.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=233}} La tensión entre el grupo favorable a reforzar el poder de la Corona (en el que descollaban [[Luís de Vasconcelos e Sousa]], tercer conde de Castelo Melhor, el conde de Atouguia y el obispo Sebastião César de Meneses) y los que preferían el gobierno de los consejos (los más destacados de los cuales eran el [[Nuno Álvares Pereira de Melo (1638-1727)|duque de Cadaval]], los marqueses de [[António Luís de Meneses|Marialva]] y Gouveia y los condes de Sure y Ericeira) se fue agudizando hasta el golpe de 1662.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=233}} La reina hubo de proclamar la mayoría de edad de Alfonso el 23 de junio de ese año, y el poder pasó en la práctica al conde de Castelo Melhor, joven, ambicioso y con talento.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=234}} La obtención de un cargo palaciego le permitió ganarse la simpatía del rey, del que ejerció de valido efectivo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=234}}

El conde se concentró en dominar férreamente los consejos y dar una dirección firme a la guerra.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=234}} Castelo Melhor trató de estrechar los vínculos con Francia, tanto para apretar al enemigo como para reducir la dependencia de Inglaterra, lo que llevó al casamiento del rey con la [[María Francisca de Saboya-Nemours|hija del duque de Nemours]] en 1666 y a la firma de la ansiada alianza con Luis XIV al año siguiente.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=212}} Las sucesivas victorias militares permitieron a Castelo Melhor conservar temporalmente el poder, pero no acabaron con la rivalidad entre fracciones.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=235}} Los contrincantes del conde se reunieron en torno al hermano del rey, [[Pedro II de Portugal|don Pedro]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=235}} Castelo Melhor fue apartado del poder mediante un nuevo golpe palaciego el 3 de septiembre por el hermano del rey, don Pedro, y sus seguidores, cuando ya se vislumbraba la paz con Madrid; partió al exilio.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=215, 235}} Pedro obtuvo el poder con el título de gobernador y príncipe de Portugal mientras que Alfonso quedaba relegado y desterrado a las [[Azores]], si bien se le mantuvo el título de rey.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=215, 235}} El día antes de que esto sucediese, el 21 de noviembre, la posición de Alfonso se había debilitado todavía más cuando la reina, a la que repugnaba, se refugió en un convento y pidió la anulación del matrimonio.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=235}} Esto hizo peligrar la alianza con Francia, por lo que se optó por anular el casamiento de Alfonso y casar a la reina con Pedro en marzo de 1668.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=235}} La caída de Castelo Melhor supuso el triunfo de la fracción nobiliaria que defendía los objetivos del golpe de 1640: un gobierno nobiliario con una autoridad limitad del rey.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=235}}

== Situación internacional: las relaciones entre las potencias europeas ==
=== Las relaciones con Francia ===
{{VT|Guerra franco-española (1635-1659)|Guerra de los Treinta Años|Tratado de los Pirineos}}
En [[1640]], el [[cardenal Richelieu]], entonces jefe de asesores de [[Luis XIII de Francia]], era plenamente consciente del hecho de que [[Francia]] estaba operando bajo circunstancias difíciles. En ese momento estaba en [[Guerra franco-española (1635-1659)|guerra con España]] y al mismo tiempo tenía que controlar las [[rebeliones]] que se estaban produciendo en Francia, las cuales fueron apoyadas y financiadas por [[Madrid]], y para ello tuvo que enviar [[ejercito francés|ejércitos franceses]] para luchar contra los [[Casa de Austria|Habsburgo españoles]] en tres frentes diferentes. Además de su frontera común en los [[Pirineos]], [[Felipe IV de España]], anteriormente [[Felipe III de Portugal]], reinó bajo diversos títulos, en [[Flandes]] y el [[Franco-Condado]], al norte y al este de Francia respectivamente. También además, Felipe IV controlaba grandes territorios en [[Italia]], donde podría, a su antojo, imponer un cuarto frente para atacar [[Saboya]], entonces controlada por Francia y gobernada por [[Cristina de Francia|Cristina María de Francia, duquesa de Saboya]], quien actuaba como [[regencia (política)|regente]] en nombre de su hijo, [[Carlos Manuel II de Saboya|Carlos Manuel II, duque de Saboya]].

[[España]] había disfrutado de la reputación de tener la [[fuerzas armadas|fuerza militar]] más formidable de [[Europa]], una reputación que se había ganado con la introducción del [[arcabuz]] y la llamada ''Escuela Española''. Sin embargo, esta reputación y táctica había disminuido con la [[Guerra de los Treinta Años]]. Richelieu, obligó a Felipe IV a mirar a sus propios problemas internos. Con el fin de desviar las [[ejercito español|tropas españolas]] que [[asedio|sitiaban]] Francia, Luis XIII, siguiendo el consejo de Richelieu, apoyó las reivindicaciones de [[João IV de Portugal]] durante la [[Guerra de separación de Portugal|guerra de aclamación]]. Esto se hizo en el razonamiento de que una guerra con Portugal agotaría los recursos españoles.

El primer acuerdo entre Francia y Portugal se firmó el 1 de junio de 1641.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=59}} Francia esperaba que la apertura de un nuevo frente en la península debilitase a Felipe IV, pero Juan IV no satisfizo las esperanzas de París: carente de recursos para acometer una invasión de Castilla, se limitó a librar una guerra de desgaste.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=59}}

[[Archivo:Traite-Pyrenees.jpg|thumb|left|[[Tratado de los Pirineos]]. Entrevista de los monarcas en la [[isla de los Faisanes]].]]

Para el cumplimiento de los intereses comunes de la política extranjera de Portugal y Francia, una [[Tratado internacional|alianza]] entre los dos países fue firmada en [[París]] el [[1 de junio]] de [[1641]],{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=232}} obligándose a continuar y mantener guerra contra España con armamento naval, y concurrir con [[Holanda]] a invadir los dominios de [[Castilla]] y atacar a las flotas de Indias. Duró dieciocho años antes de que el sucesor de Richelieu, un ministro de Asuntos Exteriores oficioso, el [[cardenal Mazarino]], rompiera el tratado abandonando a sus aliados portugueses y catalanes para firmar una paz por separado con [[Madrid]].

En 1647, Juan propuso a [[Mazarino]] entregar el territorio peninsular portugués al duque de Orleans en calidad de regente y retirarse a un nuevo reino que formaría con el Brasil y las [[Azores]], dividiendo así el reino.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=129}} El duque había de casar a su hija con el príncipe Teodosio, que heredaría luego el trono del Portugal peninsular.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=129}} La desesperada propuesta surgía del temor portugués a perder al coligado francés cuando las Provincias Unidas comenzaban a tratar la paz con España.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=63}} Mazarino rechazó la oferta.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=63}}

El [[Tratado de los Pirineos]], firmado el [[7 de noviembre]] de [[1659]], en la [[isla de los Faisanes]], para poner fin a un conflicto iniciado en [[1635]], durante la [[Guerra de los Treinta Años]]. Entre otros términos del tratado se cedió a Francia los treinta y tres pueblos de la mitad norte del [[condado de Cerdaña|condado catalán de Cerdaña]] (el valle de Querol), o lo que es lo mismo, la [[Alta Cerdaña]] y El [[Capcir]], excepto Llivia (por ser villa y no pueblo) y las comarcas también [[Condados Catalanes|catalanas]] del [[Rosellón (comarca)|Rosellón]], El [[Conflent]] y El [[Vallespir]], situados en la vertiente septentrional de los [[Pirineos]]; en tanto que Francia reconoció a Felipe IV de España como legítimo rey de Portugal. A pesar de la firma de la paz entre España y Francia, esta no dejó de enviar auxilios a los portugueses, como había hecho desde 1641.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=232}}

[[Federico de Schomberg]] llegó a Portugal con seiscientos soldados el 11 de noviembre de 1660, oficialmente a requerimiento del embajador portugués en Francia, pero en realidad enviado por la corte francesa.{{harvnp|Grose|1930|p=326}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|pp=186-187}} Luis XIV había decidido sostener a Portugal, si bien oficiosamente, ante la negativa de Felipe IV a anular la renuncia a los derechos de sucesión de su esposa [[María Teresa de Austria (1638-1683)|María Teresa]], hija del monarca español.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|pp=186-187}}

El deseo portugués de obtener el auxilio francés contra Felipe IV culminó con dos acontecimientos: el acuerdo matrimonial entre [[Alfonso VI de Portugal]] y [[María Francisca de Saboya-Nemours]], hija del [[Carlos Amadeo de Saboya-Nemours|duque de Nemours]] en 1666 y la alianza franco-portuguesa firmaba el 31 de marzo de 1667, que allanó el camino a la paz por la presión que impuso a la corte madrileña.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=212}}

Siete años más tarde, en las últimas etapas de la ''Guerra de Restauración portuguesa'', las relaciones entre los dos países se fueron descongelado al punto en que el joven —pero enfermizo— [[Alfonso VI de Portugal]] se casó con la princesa francesa, [[María Francisca de Saboya-Nemours]].

=== Las relaciones con las Provincias Unidas de los Países Bajos ===
[[Archivo:Overwinningh van de Stadt Cotchin op de Kust van Mallabaer - Victory over Kochi on the coast of Malabar.jpg|thumb|Captura de [[Cochín]] y la victoria de la [[Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales|VOC holandesa]] sobre los portugueses en [[1656]], en la costa de [[Malabar]]. Atlas Van der Hagen, 1682.]]
{{VT|Guerra de los Ochenta Años|Guerra luso-neerlandesa|Tratado de La Haya (1641)|Tratado de La Haya (1661)}}
En el momento del levantamiento de Lisboa del [[1 de diciembre]] de [[1640]], los portugueses habían estado en guerra con los holandeses durante casi cuarenta años. Una buena parte de los conflictos se puede atribuir al hecho de que [[España]] y la [[República de los Siete Países Bajos Unidos]] se encontraban librando simultáneamente la [[Guerra de los Ochenta Años]] (1568-1648) y, desde entonces, las hostilidades entre Portugal y los Países Bajos entraron en erupción en [[1602]], ya que Portugal estaba siendo gobernado por un monarca español.

La [[guerra luso-neerlandesa]] se libró casi enteramente en [[ultramar]], con las empresas mercantiles neerlandesas, [[Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales]] y [[Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales]], que en varias ocasiones atacaron las posesiones coloniales portuguesas en [[América]], [[África]], [[India]] y el [[Lejano Oriente]].{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=47}} 

Portugal se encontraba en una postura defensiva en todas partes, y recibió muy poca ayuda militar de España.

Tras la proclamación de [[Juan IV de Portugal]] en [[1640]], neerlandeses y portugueses firmaron el [[Tratado de La Haya (1641)|Tratado de La Haya]] de junio de [[1641]], una tregua de diez{{harvnp|White1987|p=222}} años ayudándose unos a otros un tanto en contra de su enemigo común, España.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=59}} Aunque originalmente estaba pactada para todos los territorios de ambos imperios, quedó limitada al continente europeo:{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=59}} las hostilidades seguirían en las colonias holandesas y portuguesas hasta el final de la guerra, hasta la definitiva expulsión de los neerlandeses de [[Angola]] ([[1648]]),{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=156}}{{refn|group="nota"|La importancia de Angola residía en que era el origen de los esclavos que sostenían las plantaciones azucareras brasileñas y que los intentos de sustituirlos por otros de [[Mozambique]] cuando el territorio fue conquistado por los holandeses había fracasado.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=156}}}} [[Isla de Santo Tomé|Santo Tomé]] (1649) y [[Brasil]]{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=137}} (enero de 1654).{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=127}}{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=47}} Al comienzo de la guerra, los holandeses no solo no redujeron sus ataques a las posesiones portuguesas, sino que los redoblaron, en especial en la India y Angola.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=127}}{{harvnp|White1987|pp=222-223}} Las autoridades portuguesas, por su parte, trataron de evitar conflictos con [[La Haya]] hasta finales de la década de 1640 y por ello no apoyaron en principio los intentos brasileños de expulsar a los holandeses de Pernambuco.{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=158}} En la actitud holandesa se mezclaba el interés político por atraerse a Portugal como enemigo de España y el comercial por proseguir la expansión territorial a costa de los territorios portugueses de ultramar, que primaron.{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=47}} Este interés económico incluso que los holandeses alargasen las negociaciones de 1641 para que su Compañía de las Indias Occidentales se apoderase de [[Luanda]], principal centro esclavista africano, el 24 de agosto de ese año.{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=47}}{{harvnp|White1987|p=222}}

Los holandeses reanudaron la compra de [[sal]] en las factorías de [[Setúbal]]; resurgió así el comercio entre los dos países, que había cesado en [[1580]], cuando la [[Casa de Habsburgo|rama española de los Habsburgo]], contra quien los neerlandeses se habían sublevado, obtuvo el trono portugués. Sin embargo, los asaltos holandeses a los territorios portugueses se mantuvieron hasta [[1663]], incluso después de la firma del nuevo [[Tratado de La Haya (1661)|Tratado de La Haya]] de [[1661]].

En 1648, el rey Juan instó al Consejo de Estado a que accediese a entregar a los holandeses parte del Brasil que les había arrebatado y parte de Angola, además de pagarles una onerosa indemnización a cambio de obtener su apoyo contra Felipe IV.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=128}} Las relaciones de Lisboa con los colonos brasileños eran tensas, y en 1647 [[Río de Janeiro]] ofreció volver a reconocer la autoridad de Felipe si este aceptaba ciertas concesiones de autonomía.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=128}}

Las victorias portuguesas en África y Brasil hicieron que las Provincias Unidas finalmente transformasen la guerra encubierta anterior en una abierta en 1657{{harvnp|Grose|1930|p=314}} y bloqueasen Lisboa durante varios meses, entre septiembre y noviembre.{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=47}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=162}} La corte madrileña intentó aprovechar el belicismo holandés en su favor intentando firmar una liga que hiciese que la flota holandesa bloquease la costa portuguesa de marzo a octubre hasta que concluyese la guerra, pero las negociaciones fracasaron porque los españoles se negaron a permitir el acceso holandés a la sal de la [[península de Araya]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=162}} Los holandeses apresaron quince de los setenta barcos de la flota del Brasil.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=162}} Reanudaron el bloqueo en la primavera de 1658, pero lo abandonaron pronto por insistencia de Inglaterra y Francia, que no deseaban favorecer la recuperación española de Portugal.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=162}} La paz entre las dos partes se concertó el 6 de agosto de 1661,{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=179}} mediante un tratado que daba a las Provincias Unidas concesiones algo mayores que las hechas a Inglaterra ese mismo año.{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|p=987}} El acuerdo disgustó a los ingleses, que vieron a sus rivales obtener ventajas similares a las suyas sin por ello comprometerse a socorrer a Lisboa como habían hecho ellos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|p=987}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=179}} El pacto suponía la plasmación de la victoria holandesa sobre Portugal, paradójica dadas las derrotas de los Países Bajos en Angola y Brasil.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=179}} Los Países Bajos obtenían cuatro millones de cruzados —el doble de la dote prometida al rey inglés— por la renuncia holandesa a las colonias que Portugal les había arrebatado en América y África, acceso a la sal de Setúbal al precio al que la compraban los portugueses y libertad con los territorios ultramarinos portugueses a través de Lisboa, con aranceles iguales a los que pagaban los propios mercaderes portugueses.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=179}} Portugal reconocía además la soberanía neerlandesa sobre las plazas arrebatadas por la [[Compañía holandesa de las Indias Orientales]] en Asia.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=179}}

=== Las relaciones con Inglaterra ===
[[Archivo:Catherine of Braganza.jpg|thumb|La [[Infante#Infante como t.C3.ADtulo nobiliario|infanta]] [[Catalina de Braganza]], futura [[reina consorte]] de [[Inglaterra]], [[Escocia]] e [[Irlanda]], retratada por [[Dirk Stoop]] hacia 1660-1661. [[National Portrait Gallery]]]]
[[Reino de Inglaterra|Inglaterra]] estaba, en ese momento, envuelta en su propia [[Revolución inglesa|guerra civil]], en la que Portugal tomó partido por el bando realista aportando armas.{{harvnp|Prestage|1934|p=89}} Pese a ello, firmó una liga con Portugal el 29 de enero de 1642,{{harvnp|Prestage|1934|p=89}} en la que este hubo de hacer cesiones como había hecho con los holandeses el año anterior.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=232}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=60, 118}} Los portugueses reconocían los asentamientos ingleses en Guinea, obtenían dos años de plazo para decidir si concedían privilegios comerciales a Londres en Brasil y prorrogaban la tregua vigente en la India.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=60}} En realidad, el acuerdo demostró la habilidad diplomática portuguesa, que obtuvo la ayuda de los Estuardos sin conceder nada que estos no tuviesen ya.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=60}} El objetivo portugués era emplear la marina mercante inglesa para asegurar el abastecimiento del reino.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=59}} En 1644 se llegó a tratar el casamiento del príncipe inglés Carlos con una infanta portuguesa, plan descartado por la intención de la reina de casar al heredero con alguien de la [[Casa de Orange-Nassau]].{{harvnp|Grose|1930|p=313}} La propuesta se retomó en 1649, en un momento desfavorable para el bando realista inglés.{{harvnp|Grose|1930|pp=313-314}} La victoria del [[Parlamento de Inglaterra|Parlamento inglés]] en la guerra civil empeoró las relaciones con Portugal que, aunque teóricamente neutral, simpatizaba claramente con el bando perdedor,{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|p=982}} trataba de casar a la [[Catalina Enriqueta de Braganza|infanta Catalina]] con Carlos, hijo del difunto rey, y permitió las incursiones piráticas contra el comercio inglés del sobrino de este, el príncipe [[Ruperto del Rin|Ruperto]], a la que dio amparo{{harvnp|Prestage|1934|p=89}} cuando se presentó en el Tajo en noviembre de 1649.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=118}}

Juan IV se negó{{harvnp|Prestage|1934|p=89}} a entregar a la flota de Ruperto a la parlamentaria que se presentó ante Lisboa en 1650 y esta bloqueó la ciudad tras una escaramuza con las fortalezas portuguesas que vigilaban la entrada al [[Tajo]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=118}} Los portugueses trataron de forzarlo para enviar el primer convoy de la nueva Compañía del Brasil en mayo, pero solo consiguieron que los ingleses se apoderasen de doce de los barcos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=118-119}} En mayo y junio las dos partes se embargaron los bienes y en septiembre los ingleses se hicieron con nueve buques cargados de azúcar de la flota del Brasil que se aproximaba a Lisboa, tras lo cual levantaron el bloqueo y emprendieron la persecución de Ruperto, que había aprovechado para zafarse de él.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=119}} Tras crear con Ruperto una flota corsaria contra España en el verano de 1651 que operó en el [[golfo de Cádiz]] y apresó a un galeón con ochenta mil ducados, el 29 de diciembre de 1652 la corte lisboeta firmó un tratado preliminar con la [[Mancomunidad de Inglaterra|república británica]], única que podía impedir un ataque holandés.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=120-121}} El tratado el realidad supuso una rendición de la nueva dinastía a los intereses ingleses, por motivos políticos: Portugal aceptaba devolver las mercancías embargadas en 1650 y pagar una indemnización de cincuenta mil libras.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=121}} Este acuerdo precedió al de 1654,{{harvnp|Grose|1930|p=314}} que regulaba el comercio anglo-portugués y que contenía nuevas concesiones a Inglaterra.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=123-124}}{{harvnp|Prestage|1934|pp=89-90}}{{refn|group="nota"|Entre ellas la libertad de comercio en los territorios portugueses, la obligación de fletar barcos ingleses si los portugueses no bastaban para el comercio con Brasil, la libre navegación de los barcos ingleses en aguas portuguesas, la posibilidad de traficar directamente con Brasil —salvo con las mercancías sometidas al monopolio de la nueva Compañía del Brasil— o la limitación de los aranceles de importación de productos ingleses.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=124}}}} Paradójicamente, el nuevo acuerdo dejaba en mejor posición a los mercaderes ingleses que a los propios portugueses, si bien la compensación fue el respaldo político de Cromwell contra España.{{harvnp|Prestage|1934|p=90}}

Felipe IV trató de aprovechar los apuros del rey portugués para pactar con la república británica y que esta lo ayudase a bloquear las costas portuguesas, pero la corte madrileña no estaba dispuesta más que a renovar el acuerdo de 1630 con Inglaterra, mientras que los ingleses esperaban permiso para comerciar directamente con América y protección para los protestantes en los puertos españoles, algo que Madrid rehusó.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=127}} La negativa desbarató la posibilidad de acuerdo y facilitó el pacto entre Inglaterra y Portugal.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=127}} Ese año de 1654, tras [[Primera guerra angloneerlandesa|vencer a las Provincias Unidas]], los ingleses decidieron emplear la flota en una ataque a la América española con varios objetivos: estorbar la reconquista española de Portugal, atraerse a Francia para que retirase su asilo a los [[Estuardo]], amedrentar a las Provincias Unidas —ligadas por entonces a España—, presentarse como la nueva gran potencia protestante, apoderarse de la Flota del Tesoro y arrebatar alguna de las islas principales del [[mar Caribe|Caribe]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=141}} Dos flotas inglesas partieron hacia el Caribe —donde apenas pudieron apoderarse de [[Jamaica]] cuando los objetivos habían sido más ambiciosos— y a la zona del estrecho de Gibraltar —para impedir la llegada de la Flota de Indias y hacerse con alguna plaza en la zona— en diciembre de 1654.{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|pp=982-983}} La [[Guerra anglo-española (1655-1660)|guerra]] supuso el apresamiento inglés de parte de la flota de 1656{{refn|group="nota"|La capitana y la almirante de la [[Flota de Tierra Firme]] con unos dos millones seiscientos mil pesos; otros dos navíos con un millón de pesos fueron hundidos por la escuadra de [[Robert Blake (almirante)|Robert Blake]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=148}}}} y la imposibilidad de que llegasen a la península ibérica las de 1657 y 1658.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=148}} Madrid estrechó lazos con el exiliado Carlos, al que mantuvo a costa de la Hacienda flamenca de 1656 a 1660 y con el que se firmó el Tratado de Bruselas del 12 de abril de 1656, una liga militar en la que los españoles se comprometieron a ayudar a Carlos a recobrar el trono a cambio de la colaboración inglesa en la recuperación de Portugal.{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|p=985}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=152}} El pacto resultó un fracaso que indispuso a Carlos contra la corte madrileña, incapaz de cumplir su parte del acuerdo por falta de fondos y por la apurada situación militar en Flandes y contraria a interceder por él ante Francia.{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|p=985}} La promesa de Carlos de romper la liga con Portugal, parte del pacto secreto de 1658 con Felipe IV, quedó en nada.{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=123}}

Por su parte, Juan IV hubo de ratificar los acuerdos de 1652 y 1654 ante la aparición de una flota inglesa ante Lisboa el junio de 1656.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=161}} Portugal firmó un último acuerdo con la república en los últimos momentos de esta, el [[Tratado de Westminster (1660)|Tratado de Westminster]] del 18 de abril de 1660, que le permitía reclutar tropas para servir en la península ibérica.{{harvnp|Prestage|1934|p=90}}{{harvnp|Hardacre|1960|p=112}}{{harvnp|Grose|1930|p=315}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=172}} Tras la restauración de la [[Casa de Estuardo|dinastía de los Estuardo]] en mayo de ese mismo año, Portugal logró concertarse con ella mediante tratado (23{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|p=984}} de junio de 1661).{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=48}}{{harvnp|Prestage|1934|p=90}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=172-173}} La [[Alianza militar|alianza política]] se complementó con un [[matrimonio dinástico]] en mayo de 1662,{{harvnp|Boxer|1987|pp=77-78}} cuando la [[Infante#Infante como t.C3.ADtulo nobiliario|infanta]] [[Catalina de Braganza]], hermana del rey [[Alfonso VI de Portugal]], se unió a [[Carlos II de Inglaterra]], que acababa de recuperar el trono y tenía urgentes necesidades financieras.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=232}}{{harvnp|Prestage|1934|p=90}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=172}} Catalina aportó entonces una excepcional [[dote]]{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=233}} de dos millones de [[Cruzado (moneda)|cruzados]]{{refn|group="nota"|Los apuros para reunir esta suma hicieron que el pago se concluyese ya en tiempos de [[Jacobo II de Inglaterra]].{{harvnp|Boxer|1987|p=79}}}} y la cesión de [[Bombay]]{{refn|group="nota"|[[Antonio de Mello de Castro]], virrey de Goa, disconforme con la cesión, la retrasó todo lo que pudo y se limitó a entregar la isla y no la tierra firme adyacente, como esperaban los ingleses.{{harvnp|Boxer|1987|pp=79-80}} Carlos II la arrendó en 1668 a la [[Compañía inglesa de las Indias Orientales]].{{harvnp|Boxer|1987|p=80}}}} y [[Tánger]],{{harvnp|Boxer|1987|p=79}}{{refn|group="nota"|Los portugueses se habían apoderado de Tánger en 1471 tras varios intentos infructuosos y lo conservaron hasta que lo cedieron en enero de 1662 a los ingleses, tras haber resistido diversos asedios moros.{{harvnp|Boxer|1987|p=80}} La cesión no fue bien vista en Portugal y gran parte de los habitantes portugueses de la plaza la abandonaron cuando tomaron posesión de ella los ingleses.{{harvnp|Boxer|1987|pp=80-81}} Los ingleses habían esperado que Tánger les hubiese permitido facilitar su comercio en el Mediterráneo, pero la plaza resultó deficitaria y, ante la imposibilidad de venderla a Francia o Portugal, se abandonó en 1684.{{harvnp|Boxer|1987|pp=82-83}}}} sumando a esto el derecho para los ingleses de comerciar libremente con las [[colonias portuguesas]].{{harvnp|Prestage|1934|p=90}}{{harvnp|Grose|1930|pp=335-337}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=172}} El objetivo inglés con la obtención de Tánger era favorecer su creciente y rentable comercio de paño en el [[Mediterráneo]], amenazado por holandeses y [[Piratería berberisca|piratas berberiscos]] y asegurar sus estratégicas compras de salitre en [[Berbería]], esencial para la fabricación de pólvora.{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|pp=965-969}} El tratado supuso en la práctica la cesión de buena parte del comercio portugués a la pujante marina mercante inglesa.{{harvnp|Valladares Ramírez|1991|p=984}} En contrapartida Portugal recibió la necesaria ayuda militar en su conflicto con [[España]],{{harvnp|Hardacre|1960|p=113}} tanto en la [[península ibérica]] como en las [[Colonización|colonias]], y colaboración diplomática.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=173}}<ref name=SXVII>[http://books.google.co.il/books?id=TFfZvPzgx8sC&pg=PA49&dq=tratado+de+lisboa+1668&hl=es&sa=X&ei=dZUOUeKpCsj74QSxm4DQCQ&ved=0CEAQ6AEwBA#v=onepage&q=tratado%20de%20lisboa%201668&f=false El siglo XVII - De la contrarreforma a las luces]</ref>{{harvnp|Prestage|1934|p=90}} La ayuda militar consistía en mil jinetes y dos mil infantes cuyo traslado correría a cargo de la Hacienda inglesa —no así su mantenimiento en Portugal—, y una escuadra de diez navíos durante ocho meses, además de la promesa de que los barcos ingleses que operaban en el Mediterráneo acudirían en auxilio si fuese necesario.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=173}} Flotas inglesas protegieron la desembocadura del Tajo entre 1661 y 1664 como consecuencia de la nueva alianza.{{harvnp|Chaunu|Chaunu|1954|p=48}} No hubo colaboración, empero, contra los holandeses en la India, que por entonces estaban expulsando a los portugueses de la [[costa Malabar]].{{harvnp|Boxer|1987|p=78}} La alianza anglo-portuguesa contó con el respaldo de [[Luis XIV de Francia]], deseoso de sostener a Portugal sin poner en riesgo la [[Paz de los Pirineos]] con España, en la que había prometido mantenerse neutral en el conflicto.{{harvnp|Boxer|1987|p=79}}{{harvnp|Hardacre|1960|p=113}}

La falta de pago del primer plazo de la gran dote de Catalina, que debía haber viajado con ella a Gran Bretaña en abril de 1662 acrecentó el disgusto inglés, desatado por la firma del tratado holandés-portugués del año anterior, más favorable para las Provincias Unidas que el anglo-portugués.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=179}}

Tras la restauración de la [[Casa de Estuardo|dinastía de los Estuardo]], le fue posible a Portugal compensar la pérdida del limitado apoyo de [[Francia]] con la renovación de su tradicional alianza con Inglaterra. La eficaz ayuda de los ingleses en la guerra contra España se derivó, en [[1654]], en un [[tratado internacional|tratado]] que concedía privilegios a los comerciantes ingleses de Portugal, como la [[libertad religiosa]], [[Derecho civil|justicia civil]] propia y [[libertad de comercio]] con disminución de [[tasa (tributo)|tasas]]. Asimismo, Inglaterra retuvo los territorios coloniales adquiridos anteriormente a Portugal.<ref name=SXVII/>

Fue en gran parte gracias a la alianza con Inglaterra que la paz con España fue posible al finalizar la guerra. España había sido drenada por la [[Guerra de los Treinta Años]], y no tenía resto para una guerra, más aún con otras potencias europeas, y especialmente tras el resurgimiento de Inglaterra.

== La guerra ==
Militarmente la guerra de la Restauración Portuguesa consistió principalmente de escaramuzas fronterizas e incursiones de caballería a las ciudades fronterizas, combinado con ocasionales invasiones y contrainvasiones, muchas de ellas tímidas e insuficientemente financiadas. Sólo hubo cinco grandes batallas cuidadosamente preparadas durante los veintiocho años de hostilidades. 

El principal frente del conflicto fue el de Extremadura-Alentejo —por ser el de más fácil entrada daba a Portugal—,{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=390}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=143}}{{harvnp|García Barriga|2008|p=31}}{{harvnp|Dores Costa|200|p=88}} seguido del gallego, que solo cobró importancia en los últimos años de la guerra, a partir de 1665.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=233}} En Extremadura, el clima limitaba los principales combates a dos cortos periodos de campaña: uno primaveral, de marzo o abril a mediados de junio, y otro otoñal, de mediados de septiembre a finales de noviembre.{{harvnp|White|2003|p=71}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=185}}{{harvnp|White1987|p=237}} Durante el verano escaseaba el agua y el forraje para las bestias y durante el invierno la crecida de río y arroyos y la falta de puentes y buenos caminos impedía los movimientos de los ejércitos.{{harvnp|White|2003|pp=69-71}} Precisamente la falta de forraje en el verano hacía imposible el acometer cercos durante el otoño, pues el ejército debía moverse para obtener pastos para sus monturas y animales de carga.{{harvnp|White|2003|p=72}} Las diversas dificultades logísticas limitaban el radio de acción de los ejércitos y reducían el tiempo de campaña a unas dos semanas.{{harvnp|White|2003|p=79}} Esto obligaba a abordar acciones veloces y contundentes y a mantener el ejército durante largos meses de ociosidad.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=185}}

La guerra puede considerarse que ha tenido tres períodos:
* Primero, una fase inicial (1640-1646) cuando unos cuantos asuntos demostraron que los portugueses no podían ser fácilmente devueltos al sometimiento con los españoles;
* Segundo, un largo período (1646-1660) de choques militares, caracterizados por pequeñas incursiones, mientras España concentraba sus compromisos militares en otras partes de Europa;
* Tercero, un último período (1660-1668) durante el cual el rey español Felipe IV, buscó sin éxito una victoria decisiva que pondría fin a las hostilidades.

=== Primera etapa: escaramuzas ===

En principio, la corte madrileña consideró que el frente portugués era de menor importancia comparado con otros en los que combatía,{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=194}}{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=301}}{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=615}}{{harvnp|Rodríguez Trejo|2015|p=561}} como el catalán —parte de la [[Guerra franco-española (1635-1659)|guerra con Francia]]—,{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=68}} por lo que la contienda se limitó a una serie de correrías fronterizas y escaramuzas.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=232}}{{harvnp|White|2003|p=75}}{{harvnp|García Barriga|2008|pp=32-33}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=118}} Las diversas guerras que libraba y la lamentable situación económica impidieron concentrar simultáneamente grandes ejércitos en el frente catalán y en el portugués.{{harvnp|García Barriga|2008|p=32}}{{harvnp|White1987|p=224}} El plan de aplastar rápidamente la revuelta catalana para ocuparse enseguida de Portugal se desbarató en la derrota de [[Batalla de Montjuic (1641)|Montjuic de 1641]],{{harvnp|White1987|pp=228-229}} que dio paso a un largo conflicto.{{harvnp|García Barriga|2008|p=33}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=119}} Portugal, de población y recursos escasos y dependiente de potencias europeas como Inglaterra o Francia, tampoco podía acometer una guerra ofensiva.{{harvnp|García Barriga|2008|p=33}}{{harvnp|Child|1975|p=135}} Tampoco lo permitían los limitados fondos aprobados por las Cortes para la defensa.{{harvnp|Dores Costa|2005|p=4}} En consecuencia, no hubo grandes enfrentamientos hasta 1657, fallecido ya Juan IV.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=68}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=518}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=118}} En los veintiocho años de guerra, apenas hubo cinco batallas.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=208}}{{refn|group="nota"|Las de Montijo (1644), Elvas (1659), Estremoz/Ameixial (1663), Castelo Rodrigo (1664) y Villaviciosa/Montesclaros (1665).{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=208}}}} La longitud de la frontera y la ausencia general de grandes accidentes geográficos que impidiesen cruzarla favorecían las correrías.{{harvnp|White|2003|p=63}} Los golpes de mano enconaron la actitud de la población fronteriza, en principio poco hostil al vecino y nuevo enemigo.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=68}}{{harvnp|White1987|p=489}} También lo hicieron las consecuencias económicas y sociales de la nueva guerra: el aumento de los impuestos y el reclutamiento de soldados, que en ocasiones no regresaban.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=68}}

A la impresión de prioridad que la corte madrileña atribuyó a otros frentes se unió la mala situación de la hacienda real, incapaz de destinar a la guerra con Portugal medios suficientes y de calidad para lograr el sometimiento del reino.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=194}} El ejército de Extremadura contaba en los primeros años de la guerra con unos siete mil ochocientos soldados y el del Alentejo que se le oponía, con unos seis mil; este tamaño resultaba insuficiente para emprender el cerco de las principales fortalezas de la frontera, lo que contribuyó a que esta no variase hasta las campañas de la década de 1660.{{harvnp|White|2003|pp=80-81}} Las grandes maniobras también se veían estorbadas por las levas locales, que aportaban soldados indisciplinados e inclinados a la deserción.{{harvnp|White|2003|p=81}}{{harvnp|Rodríguez Trejo|2015|p=561}} La aportación de tropas extranjeras tampoco mejoraba la situación de los contendientes a causa de la dificultad crónica para pagarlas.{{harvnp|White|2003|p=81}} Los enemigos de España, sin embargo, se apresuraron a prestar ayuda a los portugueses.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=232}} Sin embargo, la decisión de considerar secundario el frente portugués permitió que estos tuviesen tiempo para fortificar la frontera y crear un ejército competente, de los que carecían en 1641.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=68}} 

====Golpes y contragolpes====
En julio de 1641, fracasó una conjura que pretendía dar un contragolpe en Lisboa, asesinar al rey [[Juan IV de Portugal|Juan]] y devolver el poder a la virreina.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=121}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=40}} Los confabulados, portugueses, ocupaban cargos importantes —había nobles, eclesiásticos, funcionarios y comerciantes—, pero fueron denunciados por uno de ellos a las autoridades.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|pp=121-123}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=40}} El plan para derrocar a Juan IV había tratado de emplear a los más descontentos con la nueva dinastía: parte de la alta nobleza, asimilada en parte al gobierno de los Austrias; la Inquisición y parte del alto clero y los asentistas judeoconversos, cuyos negocios dependían del Gobierno madrileño.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=39}} Nuevamente, como en el golpe de diciembre en favor de los Braganza, el motivo principal de la conjura era asegurar los intereses personales de los confabulados, que se veían en riesgo con la nueva dinastía o si triunfaba la esperada invasión de los Austrias.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=125}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=40}} Los confabulados pensaban que el rey Juan no sería capaz de resistir a los ejércitos de Felipe y trataban de pasarse al que creían sería el bando vencedor.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=40}} Su fracaso desencadenó una ola de detenciones de posibles desafectos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=40}}

Los Braganza trataron de contraatacar apoderándose de la [[flota de Indias]] con la colaboración de las Provincias Unidas, Francia y del [[Gaspar de Guzmán y Sandoval|duque de Medina Sidonia]], el más rico noble de Castilla y señor de la Andalucía occidental, al que debía ayudar su pariente el [[Francisco Antonio de Guzmán y Zúñiga|marqués de Ayamonte]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=41}} Medina Sidonia era hermano de la [[Luisa Francisca de Guzmán|nueva reina de Portugal]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=41}} La conjura de Medina Sidonia y Ayamonte fue desbaratada en agosto, cuando fue descubierta.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=43}}

En 1647, ante la continua falta de tropas para emprender la reconquista del reino, Madrid compró a un escribano portugués para matar a Juan IV, magnicidio que se frustró.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=232}} Otro noble se ofreció a intentarlo de nuevo en 1649, pero esta vez la oferta fue rechazada por la corte madrileña.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=232}}

====Intentos de bloqueo====
{{Cuadro imagen
  |título=<div align=center>'''Declive naval español en el Atlándico (1641-1668).'''</div>
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  |pie='''Nota:''' <small>Según Valladares Ramírez pp. 20, 26.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|pp=20, 26}}</small>
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}}
El amplio litoral portugués complicaba la aplicación de un bloqueo naval en un momento de grave crisis en la Armada española tras el descalabro de [[Batalla de las Dunas (1639)|Las Dunas]] de 1639.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|p=20}} El Gobierno madrileño trató de restablecer cierto poderío naval en la zona mediante la compra de barcos a otras naciones, el envío de naves de la Armada de Flandes a la de la Mar Océano y la integración de algunos navíos de la [[Armada de Barlovento|Barlovento]] en esta.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|p=20}} Así se lograron reunir cincuenta y tres buques en [[Cádiz]] en diciembre de 1641, fundamentalmente [[galeón|galeones]] y [[Urca (embarcación)|urca]]s, con veintiocho mil quinientas toneladas de [[Desplazamiento (náutica)|desplazamiento]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|p=20}}{{refn|group="nota"|La escuadra derrotada por los holandeses en las Dunas había tenido unos cien barcos con un desplazamiento total de treinta y seis mil toneladas.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|p=21}}}} El crecimiento, frágil, prosiguió a lo largo de la década; en la siguiente el declive naval español quedó patente.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|pp=21-22}} En la última de guerra con Portugal se retomó el sistema de asiento de escuadras —arrendamiento de barcos a particulares— para compensar la debilidad de la Armada.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|pp=22-24}} Las operaciones marítimas contra Portugal sufrían por varios factores: la debilidad de la Hacienda real española, los grandes costes del manteamiento de los barcos y la falta de tripulaciones expertas, en particular conocedoras de las costas portuguesas.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|pp=24-25}} El problema se agudizó en la década de 1660, cuando Madrid creyó posible finalmente la reconquista de Portugal y redactó varios planes para reunir grandes escuadras para participar en la invasión prevista, que fueron fracasando sucesivamente por falta de dinero.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|pp=25-26}} En realidad, la flota oceánica española durante la década rondaba los diecisiete barcos y diez mil toneladas.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|p=20}} La estrategia fue defensiva entre 1640 y 1660 por lo exiguo de medios navales.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|p=27}} El bloqueo de la ría del Tajo que se planteó en 1663 coincidiendo con la invasión terrestre de Juan José de Austria por [[Extremadura]] no se pudo abordar por la necesidad de proteger la Flota del Tesoro.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|p=27}} La flota permaneció inactiva en Galicia en 1664 y en 1665 se limitó correr la costa portuguesa, destruir el fuerte de las [[Archipiélago de las Berlengas|islas Berlingas]] y atacar sin fortuna el puerto de [[Sagres]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1995b|pp=27-29}}

En conjunto, el bloqueo a Portugal decretado en enero de 1641 resultó un fracaso y dio lugar a un abundante contrabando.{{harvnp|Rodríguez Trejo|2015|p=562}}

====Exiliados portugueses, prestamistas y Consejo de Portugal====
{{Cuadro imagen
  |título=<div align=center>'''Remesas dinerarias recibidas en Bruselas'''</div>
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  |pie='''Nota:''' <small>Según Valladares Ramírez p. 68.</small>{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=68}}
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}}
En Madrid se mantuvo hasta la paz de 1668 el Consejo de Portugal, que siguió con la ficción de gestionar los asuntos portugueses incluso cuando la corte madrileña había perdido ya el control del reino.{{harvnp|De Luxán Meléndez|1987-1988|p=67}} Desaparecidas las rentas portuguesas que lo costeaban, el Consejo pasó a recibir financiación del Consejo de Castilla, que fue faltando según avanzó la década de 1640 por las dificultades de la Hacienda real.{{harvnp|De Luxán Meléndez|1987-1988|pp=67-70}} Para Madrid, el mantenimiento del Consejo era un símbolo del rechazo a la restauración portuguesa y un intento de hacer aparecer la situación del reino vecino como pasajera.{{harvnp|De Luxán Meléndez|1987-1988|pp=70, 76}} En Madrid quedaron además casi doscientos cincuenta nobles a los que el Gobierno otorgó socorros, la mayoría ya residentes en la ciudad cuando acaeció el golpe de diciembre ed 1640.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998b|p=135}} Los que llegaron posteriormente fueron escasos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998b|p=135}} El amparo a los nobles lo empleó Felipe IV para deslegitimar a los que consideraba rebeldes, como prueba de la falta de unanimidad entre las filas portuguesas respecto de la dinastía de Braganza.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998b|pp=135-136}} Para resaltar la lealtad de la alta nobleza a Felipe, se concedieron algunos puestos relevantes a sus miembros, como el gobierno de Flandes, que administró primero [[Francisco de Melo]] (1641-1644) y luego [[Manuel de Moura y Corte-Real]] (1644-1647).{{harvnp|Valladares Ramírez|1998b|p=137}} Juan IV dio un período de gracia para que la nobleza exiliada volviese al reino, que concluyó en 1645.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998b|p=138}} Los nobles partidarios de cada dinastía abrigaban la esperanza de ser recompensados con las posesiones de los que reconocían a la rival en el momento de la victoria.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998b|p=138}} Los que no se atrevieron a tomar partido abiertamente en general hicieron que hubiese miembros del linaje apoyando a los dos bandos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998b|p=139}} Algunos fueron acatando la autoridad de los Braganza en los últimos años de la guerra, cuando vieron clara la derrota de Felipe IV, sin que su actitud anterior les supusiese perjuicios.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=88}}

Los prestamistas portugueses que acaparaban el grueso de los empréstitos al Gobierno madrileño desde la suspensión de pagos de 1627 que había menguado el papel de los banqueros genoveses perdieron paulatinamente su posición privilegiada tras el levantamiento de 1640.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=67}} La mayoría eran de origen judeoconverso y habían gozado de la protección del conde duque de Olivares y del rey gracias a su gran eficacia como despachadores de dinero a Flandes, pese a ciertos abusos que la corte decidió soslayar.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=67}} La rebelión portuguesa y la caída en desgracia de Olivares acabó a la larga con su preeminencia y para Flandes supuso una enorme pérdida de ingresos (un descenso del 75 % entre 1640 y 1644 de las remesas recibidas desde España).{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=67-68}} Algunos de los prestamistas quebraron y otros huyeron a los países del norte de Europa.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=68}} La pérdida de importancia para la Hacienda real hizo que durante la década se desatase una persecución de falsos conversos, una vuelta parcial de los banqueros genoveses y una reducción de los intereses que pagaba la Corona a los prestamistas.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=70-71}}

====Choques en la frontera extremeña y gallega====
Para recuperar Portugal, los españoles organizaron dos ejércitos: uno principal en [[Extremadura]] y otro en [[Galicia]].{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=308}} El mando del primero recayó en principio en [[Manuel de Acevedo y Zúñiga|Manuel de Acevedo Zúñiga y Fonseca]], VI conde de Monterrey, hasta octubre de 1641, inepto y que dimitió al poco.{{harvnp|Caro del Corral|2014|pp=248, 256}}{{harvnp|Cortés Cortés|1982|p=41}} En Galicia se reclutaron unos dieciséis mil hombres, aunque muchos menos sirvieron en el frente, en malas condiciones y con pagas escasas, situación que fomentó la propagación de epidemias y las deserciones.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=309}} Para mejorar la situación, se decidió reducir el número de soldados, para contar con un contingente pseudoprofesional mejor pagado y tratado.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=309}} La primera reducción hecha en parte para permitir que parte de los soldados pudiesen retomar las tareas agrícolas, se realizó en 1644.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=238}} En 1649, servían en el frente gallego cuatro mil infantes y ochocientos jinetes.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=309}}
{{Cuadro imagen
  |título=<div align=center>'''Tamaño del Real Ejército de Extremadura'''</div>
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  |pie='''Nota:''' <small>Según Caro del Corral p. 309.{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=309}} Para 1662 se desconoce la fecha en que se tomó la muestra.</small>
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}}
Los portugueses fijaron su cuartel general en [[Elvas]], mientras los españoles lo hacían en la vecina [[Badajoz]],{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=615}} trasladándolo desde [[Mérida (España)|Mérida]] (abril de 1641),{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=249}} donde había estado los primeros meses de guerra.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=196}}{{harvnp|White|2003|pp=66-68}} La zona, intensamente militarizada tras la entronización de Juan IV en Lisboa, fue el teatro principal de la guerra.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=196}} En 1641, dada la falta de medios de los adversarios, los dos se abstuvieron de acometerse.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=201}} Los dos bandos se concentraron en mejorar las defensas de sus territorios.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=201}} Los choques, determinados por las órdenes de Madrid y Lisboa, se limitaron a escaramuzas.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=201}} Los dos bandos trataron además de atraerse a las localidades fronterizas.{{harvnp|Caro del Corral|2012|pp=201-202}} En 1642 la guerra se avivó: los portugueses llevaron a cabo una incursión en la [[sierra de Gata]], aprovechando las desavenencias entre los mandos militares de [[Cáceres]] y [[Salamanca]].{{harvnp|Caro del Corral|2012|pp=200, 203-204}} El resto del año se sucedieron las escaramuzas, de resultado incierto.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=206}} Durante 1643 y 1644, los portugueses talaron la frontera cacereña, con notable éxito.{{harvnp|Caro del Corral|2012|pp=206-208}} Las tropas del conde [[Vasco de Mascarenhas]], conde de Óbidos, corrieron gran parte del sur de Badajoz durante casi dos meses del verano y destruyeron varias poblaciones fronterizas.{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=282}} Asaltaron además vanamente Badajoz en el otoño, con fuerzas insuficientes.{{harvnp|White|2003|p=67}}{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=619}} También atacaron Galicia, donde se apoderaron de Salvatierra.{{harvnp|White|2003|p=82}}

Estos primeros años se caracterizaron por las correrías y saqueos que los dos bandos practicaban cerca de la frontera,{{harvnp|Rodríguez Trejo|2015|p=562}} fundamentalmente en las poblaciones peor defendidas,{{harvnp|White1987|p=490}} que sometían al pillaje{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=316}}{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=615}} y a cuya población amedrentaban sin intención de conservar los pueblos y villas atacados.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=143}}{{harvnp|García Barriga|2008|p=33}}{{harvnp|Moreno Ramos|1995|pp=50-51}}{{harvnp|White1987|p=241}} La falta de fortificaciones modernas y guarniciones adecuadas facilitaban estas incursiones, lo mismo que la ausencia de grandes barreras orográficas.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=143}}{{harvnp|García Barriga|2008|p=33}} La debilidad de los dos bandos hizo que hasta 1656 la actividad bélica se limitase a incursiones que debían debilitar al contrario, fundamentalmente cabalgadas de destacamentos de tamaño reducido que penetraban en territorio del adversario para apoderarse de ganado y de las propiedades que pudiesen llevarse antes de la prevista reacción de la caballería enemiga, que actuaba de la misma manera.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|pp=143-144}}{{harvnp|García Barriga|2008|p=33}}{{harvnp|Moreno Ramos|1995|p=51}} Este tipo de guerra causa graves perjuicios a la población, que perdía su ganado, corría peligro al llevarlo a pastar o cuando iba a recoger leña y veía arrasados sus sembrados, viñas y olivares.{{harvnp|Moreno Ramos|1995|p=51}} También suscitaba represalias enemigas y una espiral de ataques y contraataques cada vez más crueles.{{harvnp|Cortés Cortés|1982|p=43}} Las penurias de los soldados y el ansia de enriquecimiento se juntaban para fomentar la rapiña,{{harvnp|Moreno Ramos|1995|p=51}} en muchas ocasiones en perjuicio de los objetivos militares en el caso español.{{harvnp|Caro del Corral|2014|pp=316-320}}{{harvnp|Cortés Cortés|1982|p=42}} También hubo golpes de manos para destruir puestos fortificados enemigos, eliminar unidades enemigas o desanimar a la población del otro lado de la frontera.{{harvnp|García Barriga|2008|p=34}} Las incursiones portuguesas fueron, en general, más abundantes y efectivas.{{harvnp|García Barriga|2008|p=33}}{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=617}} Estas hicieron que treinta y un pueblos extremeños se dotasen de defensas contra eventuales ataques, en general meras barricadas reforzadas con filas de estacas; solo unas cuantas poblaciones (Moraleja, Zarza,  Alcántara, Valencia de Alcántara, Badajoz y, en parte, Alburquerque), contaban con fortificaciones modernas.{{harvnp|García Barriga|2008|p=35}} La guerra acabó además con las relaciones económicas, culturales y sociales entre las tierras a los dos lados de la frontera y la reducción intensa de la abundante presencia portuguesa en Extremadura.{{harvnp|García Barriga|2008|pp=39-40}}

Solo hubo una batalla de importancia (la de Montijo de 1644, la primera de la guerra){{harvnp|Caro del Corral|2014|p=319}} y dos intentos de asedio relevantes, ambos fallidos: el del marqués de Torrecuso{{refn|group="nota"|El marqués de Torrecuso fue el cuarto jefe del ejército de Extremadura, que llegó a Badajoz el 8 de marzo de 1644 para relevar al conde de Santisteban, sustituto a su vez de [[Juan de Garay Otañez]].{{harvnp|Caro del Corral|2014|pp=257, 263}}}} a Elvas en 1644, que duró menos de un mes y se abandonó por las recias defensas de la plaza, y el de Olivenza de 1645, que el marqués de Leganés{{refn|group="nota"|[[Diego Mexía Felípez de Guzmán]], primer [[Marquesado de Leganés|marqués de Leganés]], sustituyó en el mando extremeño al marqués de Torrecuso en mayo de 1645.{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=264}} Los dos eran veteranos militares, cuya labor estuvo entorpecida por la falta de fondos para costear las operaciones militares.{{harvnp|Caro del Corral|2014|pp=263-264}}}} cesó al llegar el invierno.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=143}}

El ejército real destinado en Extremadura, privado de las mejores tropas y falto de financiación, hubo de completar su dotación con vecinos de la zona, bisoños{{harvnp|Cortés Cortés|1982|p=43}} en la carrera militar y reclutados por la fuerza, mediante un sistema de cupos asignados a las poblaciones, que afectaban a los pecheros.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=194}}{{harvnp|Caro del Corral|2014|pp=301-303}}{{harvnp|Cortés Cortés|1982|p=56}} Era tropa de mala calidad.{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=310}} La falta de costumbre marcial favoreció la indisciplina,{{harvnp|Cortés Cortés|1982|p=41}} a la que se unió la exigua calidad de los oficiales, ineptos, corruptos y ambiciosos.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=195}}{{harvnp|Caro del Corral|2014|pp=310-312}}{{harvnp|Cortés Cortés|1982|p=43}} En 1642 los únicos soldados profesionales eran dos tercios de irlandeses, menguados por las deserciones, que quedaron en uno al año siguiente.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2010|p=130}} La falta de fondos con los que sufragar los gastos del ejército hicieron que este tuviese que vivir de las poblaciones extremeñas a las que los desertores, numerosos por las malas{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=301}} condiciones en las que vivían los soldados, acosaban con sus desmanes.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=195}}{{harvnp|White1987|p=490}} Algunos soldados se comportaban como bandidos, robando y asaltando a la población que en teoría protegían.{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=320}}{{harvnp|Moreno Ramos|1995|p=52}} La gran carga que suponía el mantenimiento del ejército para las poblaciones extremeñas no bastaba para asegurar el bienestar de la tropa, que a menudo solo recibía alimento (el «pan de munición»), pero no sus estipendios.{{harvnp|Caro del Corral|2014|pp=291, 295, 297-298}} La población civil vivía aquejada de los ataques portugueses y del abuso de soldados españoles.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=195}}{{harvnp|White1987|p=490}} Como consecuencia, se formaron unidades de voluntarios extremeños, dedicados tanto a la defensa de sus tierras como a las correrías por Portugal y al contrabando —en el que también participan los soldados y oficiales—,{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=321}} de larga tradición en la zona fronteriza.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=210}} Otro de los motivos de la formación de estas «compañías de naturales» era evitar el enojoso alojamiento de tropas foráneas, motivo de queja continua de los pueblos.{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=323}} Pese a las actividades ilegales de estas bandas, resultaban fundamentales para la defensa fronteriza, dada la ineficacia del ejército regular.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=211}} El entusiasmo de la población por la guerra era nulo{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=310}} y los que podían eludían servir en el ejército pagándose un sustituto que lo hiciese por ellos.{{harvnp|White1987|p=494}}{{harvnp|Cortés Cortés|1982|p=56}} El desinterés por la contienda hacía que en el verano los milicianos desertasen para participar en la cosecha en Andalucía y luego en Extremadura.{{harvnp|White1987|p=495}} Lo mismo sucedía en el otoño, para la siembra.{{harvnp|White1987|p=495}} Los perjuicios de sostener a las tropas durante largos años y la hostilidad al conflicto hicieron que en la década de 1640 las autoridades llegasen a temer un levantamiento de la región como la de Cataluña o incluso un cambio de bando.{{harvnp|White1987|p=495}} Para las poblaciones fronterizas, la guerra trajo la despoblación y la ruina.{{harvnp|Moreno Ramos|1995|p=52}}{{harvnp|Rodríguez Trejo|2015|p=564}} Para la región en general, un gran coste de financiación de las operaciones.{{harvnp|Cortés Cortés|1982|pp=65-66}} Por añadidura y pese a todos los arbitrios, el Real Ejército de Extremadura nunca llegó a alcanzar el número de tropas previsto por el Gobierno.{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=308}} Sus dos principales problemas fueron la mediocridad de los oficiales y la carestía de dinero, causa de muchos otros (imposibilidad de mejorar las fortificaciones, de comprar armamento de calidad en cantidad, de atender las necesidades de los soldados en cuanto a alimento, alojamiento y ropa, de abonar las soldadas, de mantener las unidades evitando deserciones{{harvnp|Cortés Cortés|1982|p=42}} y delitos).{{harvnp|Caro del Corral|2014|pp=313-317}} En cuanto a la procedencia de los soldados que combatieron en este frente hasta la última década de la guerra, cuando llegaron contingentes profesionales sustanciosos, la mayoría eran extremeños, seguidos de andaluces y naturales de fuera de los reinos ibéricos de Felipe IV, siendo mínimos los de las demás regiones españolas.{{harvnp|Cortés Cortés|1982|pp=57-58}}

En el frente gallego, poco activo, en los primeros años de guerra destacaron la destrucción del monasterio benedictino de Fiaes (sito en la entre el [[Duero]] y el [[Río Miño|Miño]]) en 1641, la victoria gallega en [[Villaza]] y la pérdida española de la fortaleza de [[Salvatierra de Miño]] en 1642, plaza que no se recobró hasta 1659. {{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=233}} Los combates se limitaron a unas cuantas incursiones mutuas y a los infructuosos intentos españoles de recuperar Salvatierra.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=233}}

Con la esperanza de una rápida victoria sobre Portugal, España destinó al punto siete [[regimiento]]s a la [[frontera]] portuguesa, pero los retrasos causados por el conde de Monterrey, un jefe con más interés en las comodidades de la buena vida que en el [[campo de batalla]], desperdició cualquier ventaja inmediata. Una contraofensiva portuguesa a finales de 1641 fracasó, y el conflicto quedó en un punto muerto.

La primera batalla de la guerra se libró el 26 de mayo de 1644 en las llanuras de [[Montijo (España)|Montijo]]: fue la única de los primeros años de guerra.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=208}}{{harvnp|Jiménez Estrella|2013|p=3}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=143}} [[Matias de Albuquerque]] se había apoderado por sorpresa de la plaza cuatro días antes, al frente de siete{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=618}} mil soldados.{{harvnp|Jiménez Estrella|2013|p=3}} Carlo Andrea Caracciolo, marqués de Torrecusa, natural de [[Nápoles]], contraatacó con fuerzas algo superiores, dando lugar a la [[batalla de Montijo|batalla]].{{harvnp|Jiménez Estrella|2013|p=3}} En un principio, las tropas españolas hicieron retirarse a las portuguesas, pero, en vez de perseguirlas, se entregaron al saqueo de lo que estas habían abandonando, permitiendo que los portugueses recobrasen la artillería y se reagrupasen.{{harvnp|Jiménez Estrella|2013|p=3}} Aunque los portugueses vencieron,{{refn|group="nota"|Jiménez Estrella afirma, por el contrario, que los dos bandos se proclamaron vencedores, y que las fuentes lusas y castellanas difieren tanto en las cifras relativas al choque como sobre su resultado y trascendencia.{{harvnp|Jiménez Estrella|2013|p=3}}Rodríguez Hernández y Rodríguez Rebollo también afirman que cada bando se adjudicó la victoria.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=143}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=143}}}} nunca volvieron a intentar una penetración profunda en territorio castellano.{{harvnp|White|2003|p=82}} Poco después, en noviembre de 1644, Torrecusa cruzó las fronteras desde [[Badajoz]], atravesando el [[río Guadiana]], con 12&nbsp;000 hombres de [[infantería]], 2600 de [[caballería]], 20 piezas de [[artillería]] y dos [[mortero (arma)|morteros]], marchando hacia [[Campo Maior]]. El marqués mandó realizar un reconocimiento a la plaza de [[Olivenza]], entonces dominio portugués, pero desistió de atacarla por considerarla de poco interés. El ejército español llegó a [[Elvas]] estableciendo un [[asedio|sitio]] de ocho días a la ciudad. El [[marqués de Alegrete]] reforzó la [[Guarnición (milicia)|guarnición]] y pudo superar los embates de los españoles, quienes se vieron obligados a retornar y cruzar la frontera tras sufrir grandes perdidas.

En 1645 siguieron las incursiones mutuas en territorio enemigo.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=212}} Los portugueses fracasaron en su intento de apoderarse de [[Valencia de Alcántara]] y los españoles al tratar de expugnar [[Salvaterra do Extremo]].{{harvnp|Caro del Corral|2012|pp=212-213}} La indisciplina y las ansias de saqueo minaban la eficacia de las tropas extremeñas.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=213}} Los intentos de reforma militar fracasaron.{{harvnp|Caro del Corral|2012|pp=213-214}} En 1648 los portugueses redoblaron sus incursiones en Extremadura, aprovechando el caos militar imperante en las filas enemigas.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=214}} En 1648 los españoles contraatacaron, limitando las correrías portuguesas y defendiendo victoriosamente [[Alcántara]].{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=214}} En 1649 y 1650, sin embargo, retomaron las incursiones, en general con fortuna, infligiendo varias derrotas a las fuerzas españolas.{{harvnp|Caro del Corral|2012|pp=215-216}}

En 1649, el rey Juan buscó la mediación secreta de Roma para someter de nuevo el reino a la autoridad de los Austrias.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=130}} El plan era casar a su hijo y heredero, [[Teodosio III de Braganza|Teodosio]] con la entonces heredera española, la infanta [[María Teresa de Austria (1638-1683)|María Teresa]] y fijar la corte en Lisboa.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=130}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=107}} La propuesta fue rehusada por el duque del Infantado a principios de 1650.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=107}}

==== Atrocidades ====
La guerra entonces adquirió un carácter peculiar. Se convirtió en un enfrentamiento fronterizo, a menudo entre las fuerzas locales, vecinos que se conocían bien unos a los otros, pero este conocimiento no moderó los impulsos destructivos y sanguinarios de uno y otro bando. La naturaleza arbitraria del combate se vio exacerbada a menudo por el uso de mercenarios y reclutas extranjeros, e incidentes de crueldad singular se registraron en ambos lados. Los portugueses revivieron las viejas animosidades que se habían enconado durante sesenta años de dominación española, y los españoles opinaban a menudo que sus oponentes eran súbditos desleales y rebeldes, y no un ejército enemigo con derecho a un trato digno conforme a las reglas de combate.

=== Alcance de la guerra ===

La guerra se libró en tres teatros diferentes a lo largo de la dilatada contienda, pero la actividad bélica se centró en el frente norte, cerca de [[Galicia]], y en la frontera central, entre la región portuguesa del [[Alentejo]] y la española de [[Extremadura]]. El frente sur, donde la región meridional portuguesa del [[Algarve]] linda con [[Andalucía]] en España, era un objetivo lógico para Portugal, pero nunca fue objeto de un ataque luso, probablemente debido a que la [[Anexo:Reinas consortes de Portugal|reina consorte de Portugal]], [[Luisa de Guzmán]], era la hermana del [[duque de Medina Sidonia]], principal noble de Andalucía.

=== Desgaste y corrupción ===
España, en un principio, hizo una guerra defensiva. Portugal, por su parte, no sentía ninguna necesidad de tomar territorio español con el fin de ganar, y también estaba dispuesto a hacer de la guerra una competición defensiva. Las campañas normalmente consistían en ''correrías'' (incursiones de caballería) para [[Tierra quemada|quemar los campos]], [[Saqueo|saquear]] los pueblos y robar grandes rebaños de ganado vacuno y ovino al enemigo. Los soldados y oficiales, muchos de ellos [[mercenarios]], estaban principalmente interesados en el despojo y propensos a la [[deserción]]. Durante largos períodos, sin hombres ni dinero, ninguno de los lados montó campañas formales, y cuando las acciones fueron tomadas, fueron conducidas a menudo tanto por consideraciones políticas, como por la necesidad de Portugal de impresionar a potenciales aliados, así como por claros objetivos militares. Año tras año, considerando los problemas de afrontar la campaña en el invierno, y el calor y la sequía del verano, la mayoría de los combates importantes se limitaban a dos "estaciones de campaña" relativamente cortas, en primavera y otoño.

La guerra se instaló en un patrón de destrucción mutua. Ya en diciembre de 1641, era común escuchar a los españoles de todo el país lamentarse de que "Extremadura está acabada". Los recaudadores de impuestos, agentes de reclutamiento, los soldados acantonados, y las depredaciones por parte de las tropas españolas y extranjeras eran odiados y temidos por la población española, tanto como las incursiones del enemigo. En Extremadura, las milicias locales llevaron el peso de la lucha hasta 1659, y la ausencia de estos soldados a tiempo parcial era sumamente perjudicial para la agricultura y las finanzas locales. Dado que a menudo no había dinero para pagar o apoyar a las tropas (o para recompensar a sus comandantes), la corona española hizo la vista gorda ante el contrabando, la especulación, y la destrucción que se había convertido en endémica en la frontera. Condiciones similares también existían entre los portugueses.

=== Segunda etapa: defensa anquilosada ===
En 1646, la imposibilidad de llegar a un acuerdo estable con los holandeses, decididos a seguir hostigando las colonias americanas y asiáticas portuguesas y el previsible fin de la [[Guerra de los Ochenta Años]], unido al temor de perder la liga con Francia, inquietaron al Gobierno luso.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=63}} En consecuencia, Juan IV presentó a Mazarino la propuesta de división del reino y de proclamación de una regencia francesa en las tierras peninsulares, que el ministro francés rehusó.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=63-64}} En 1648, Portugal vio frustrada su esperanza de ver plasmado el reconocimiento internacional a su independencia en la [[Tratado de Westfalia|Paz de Westfalia]].{{harvnp|Bouza|1991|p=206}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=63}} Lo mismo sucedió más tarde con la de [[Tratado de los Pirineos|los Pirineos]].{{harvnp|Bouza|1991|p=206}} Por entonces, los diplomáticos portugueses buscaban la colaboración de Francia, las Provincias Unidas y Venecia para tratar de impeler a Felipe IV a acceder a firmar una tregua de al menos cinco años, propósito que no alcanzaron.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=64}} A finales de 1648, el Gobierno luso estuvo a punto de ceder Pernambuco y Angola a los holandeses para granjearse su ayuda, aunque las victorias sobre estos en esos territorios finalmente hicieron que se arrumbase el plan.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=64}} Interesado aún en entenderse con los holandeses, Juan IV llegó a disculpar las acciones de los colonos brasileños como obra de incontrolados y a ofrecer a los holandeses vender el Brasil que todavía conservaban por tres millones de cruzados, ofrecimiento que [[La Haya]] declinó antes de despedir al representante portugués a finales de 1650.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=64}}

La guerra también era costosa. En la [[década de 1650]], había más de 20&nbsp;000 [[soldado]]s españoles solo en Extremadura, en comparación con los 27&nbsp;000 en [[Flandes]]. Entre [[1649]] y [[1654]], alrededor del 29 por ciento (más de seis millones de [[ducado (moneda)|ducados]]) de los gastos en defensa de España fueron asignados a la contienda contra Portugal, una cifra que aumentó durante las principales campañas de la década de 1660. Portugal fue capaz de financiar sus gastos militares merced a su capacidad para [[gravamen|gravar]] el comercio de [[especias]] con [[Asia]] y el comercio de [[azúcar]] de [[Brasil]], aunque también recibió cierto apoyo de los rivales europeos de España, particularmente [[Holanda]], [[Francia]] e [[Inglaterra]].

En 1651 los portugueses corrieron las tierras de [[Coria]] y [[Valencia de Alcántara]], pero no pudieron apoderarse de las villas.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=217}} En 1653 y 1654 las incursiones se redujeron, pero volvieron a multiplicarse en 1656 y 1657.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=218}} En general, los choques seguían siendo de poca entidad, relacionados con el robo de ganado, el saqueo y el incendio.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=219}} En Extremadura, se agudizaron los problemas que suponía el alojamiento —en las casas de los más humildes, pues los pudientes, generalmente nobles o eclesiásticos, estaban eximidos de él—{{harvnp|García Barriga|2008|p=45}} y manutención de la tropa, que corría a cargo de la población, y los atropellos de los soldados a partir del final de la [[Sublevación de Cataluña|guerra en Cataluña]] en 1652 y el aumento del número de soldados destinados en este frente.{{harvnp|García Barriga|2008|p=40}}

===Recrudecimiento de los combates y victoria portuguesa===
{{Cuadro imagen
  |título=<div align=center>'''Asientos de la Monarquía hispánica en la época de las campañas contra Portugal (1660-1665)'''</div>
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  |pie='''Nota:''' <small>Según Valladares Ramírez p. 180.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=180}} La evolución de los montantes es paralela a la importancia de las campañas del año siguiente.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=181}}</small>
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====Fallecimiento de Juan IV y comienzo de las principales campañas (1656-1657)====
Los años 1650 fueron indecisos militarmente, pero importantes en los frentes político y diplomático. La muerte del rey [[Juan IV de Portugal]] el 6{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=390}}{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=101}} de noviembre de 1656 marcó el comienzo de la regencia de su esposa [[Luisa de Guzman]] —el heredero, [[Alfonso VI de Portugal]].{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=390}} tenía trece años y era un enfermo mental—,{{harvnp|Valladares Ramírez|1993|p=159}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=144}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=533}}{{harvnp|Grose|1930|p=314}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|pp=161-162}} a la que siguió una crisis por la sucesión y el [[golpe palaciego]] de 1662.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=221}} Los principales combates de la guerra se libraron durante la regencia de la reina.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=390}} Parte de la nobleza lusa impugnó la sucesión.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=221}} 

A pesar de estos problemas internos, la expulsión de los holandeses de Brasil ([[1654]]) y la firma de un [[tratado]] con Inglaterra (también en 1654) mejoró la posición [[Diplomacia|diplomática]] y financiera de Portugal temporalmente y le dio la protección necesaria contra un ataque naval sobre [[Lisboa]].

El fallecimiento de Juan IV impulsó la activación de las operaciones militares, por parte portuguesa por decisión de la reina regente, que deseaba obtener alguna victoria en Extremadura para poder negociar en buena posición con Madrid, y por la española por el deseo de acabar por fin con la guerra en un momento favorable en Flandes y Cataluña, pues se esperaba que la crisis gubernamental portuguesa pudiese alentar a los partidarios de Felipe IV.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=144}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=533}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=162}} El Gobierno español dedicó el invierno de 1656 a reunir nuevas fuerzas en el frente extremeño, aunque no las adecuadas: ante la escasez de veteranos y de voluntarios, hubo de recurrir a las milicias extremeñas, que servían durante tiempo limitado, y a las huestes nobiliarias.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|pp=144-145}} El grueso del ejército extremeño era de hecho miliciano, no profesional.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=145}}{{refn|group="nota"|En 1657, el 65 % de la tropa del ejército extremeño eran milicianos, de la propia Extremadura o del [[reino de Sevilla]] y otro 5 %, tropas de la nobleza.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=145}}}} Del 30 % que sí lo era solo un reducido tercio de irlandeses y otro de la Armada —también irlandés—{{harvnp|Rodríguez Hernández|2010|p=141}} eran veteranos, siendo el resto bisoños reclutados apresuradamente durante el invierno para participar en la campaña de 1657.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=145}}

El ejército de Extremadura lo mandaba por entonces [[Francesco Tuttavilla y del Tufo]], duque de San Germán,{{refn|group="nota"|En realidad, de San Germano, aunque se lo conocía por San Germán.{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=267}} Asumió el mando del ejército de Extremadura a finales de 1650.{{harvnp|Caro del Corral|2014|p=267}}}} noble napolitano, que emprendió el cuarto intento de conquista de Olivenza con quince de sus diecisiete mil soldados en abril de 1657.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=145}}{{harvnp|Revilla Canora|2015|pp=391-392}} La plaza capituló el 30 de mayo, después de que el marqués venciese a los socorros portugueses;{{harvnp|Revilla Canora|2015|pp=391-392}} las operaciones arrasaron la zona y el grueso de la población optó por marchar a territorio portugués.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=146}} En 1657, los españoles se adueñaron de [[Olivenza]]{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=533}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=162}} y brevemente de [[Mourão]],{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=620}} que los portugueses recobraron el 29 de octubre.{{harvnp|White|2003|p=73}}{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=392}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=147}} El conde de São Lourenço trató de contraatacar asaltando [[Badajoz]], mal defendida y con la muralla en estado deficiente, pero no pudo tomarla y se replegó;{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=162}} el fallido ataque costó numerosas bajas a los dos bandos.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=392}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=146}}

Sin embargo, Portugal siguió sin lograr el objetivo primordial: un pacto formal con Francia; la debilidad y el aislamiento portugueses habían sido palmarios en la virtual exclusión de las negociaciones del principal pacto europeo del momento, la [[Paz de Westfalia]] en [[1648]], triunfo de la nueva ''[[realpolitik]]''. Gracias a la firma de este tratado y del fin de las [[Sublevación de Cataluña (1640)|hostilidades en Cataluña]] en [[1652]], España pudo nuevamente concentrar su atención en Portugal,{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=234}} aunque sufrió una falta de hombres, recursos y, sobre todo, de buenos jefes militares para acometer el sometimiento del territorio.

====Victoria portuguesa en Elvas y Paz de los Pirineos (1658-1659)====
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'''Batallas de la guerra (1640-1668)'''
:*[[Batalla de Montijo]] (26/5/1644)
:*[[Batalla de las Líneas de Elvas]] (14/1/1659)
:*[[batalla de Ameixial|Batalla de Ameixial, de Estremoz o de Évora]] (8/6/1663)
:*[[Batalla de Castelo Rodrigo|Batalla de Castelo Rodrigo o de Salgadela]] (7/7/1664)
:*[[Batalla de Villaviciosa (1665)|Batalla de Villaviciosa o de Montes Claros]] (17/6/1665)
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El fin de la sublevación catalana y los problemas sucesorios en Portugal dieron a la corte madrileña esperanzas de recobrar Portugal.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=221}} Los españoles podían por fin acometer la recuperación de Portugal que, por su parte, solicitó el aumento de la ayuda exterior para evitarlo.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=234}} La coyuntura parecía propicia, tanto por haber concluido{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=118}} los combates en el frente catalán como por la inestabilidad que en Portugal había suscitado el fallecimiento de Juan IV y la minoría de su heredero.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=390}}{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=617}} Una gran ofensiva debía atravesar el Alentejo y alcanzar Lisboa, como había hecho el duque de Alba en 1580.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=221}} El mando de la operación se encomendó al [[Francisco Tuttavilla|duque de San Germán]], que contaría para abordarla con dieciocho mil infantes y cuatro mil quinientos jinetes.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=221}} El duque, sin embargo, se había mostrado contrario a adoptar una estrategia ofensiva, por falta de medios.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=392}} Mientras el duque concentraba sus fuerzas entre Badajoz y [[Olivenza]] a principios de 1657, los portugueses aprovecharon para atacar nuevamente Valencia de Alcántara, una vez más infructuosamente.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=222}} 
[[Archivo:Mapa del asedio de Badajoz de 1658.jpg|thumb|left|Mapa del cerco portugués durante el [[asedio de Badajoz (1658)]]]]
[[Asedio de Badajoz (1658)|Cercaron larga pero inútilmente Badajoz]]{{harvnp|Cortés Cortés|1982|p=46}} desde junio a octubre de 1658.{{harvnp|White|2003|p=82}}{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=393}}{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|pp=620-622}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=162}}{{refn|group="nota"|Los catorce mil infantes, tres mil jinetes y veintidós cañones del ejército portugués cercaron estrechamente la ciudad, para impedir su socorro.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=147}}{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=620}} Hubo varios intentos portugueses por hacerse con la ciudad, considerada clave para la invasión de Portugal: además del asedio principal en 1658, la primera tentativa se dio en otoño de 1643; luego mediante un ataque por sorpresa en julio de 1645; en septiembre de 1646 tras ocupar [[Telena]]; en 1652 gracias al empleo de traidores que debían abrirles las puertas; y en mayo de 1657, aprovechando que el ejército español asediaba Olivenza.{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=619}}}} Los estragos del dilatado cerco se plasmaron en deserciones y enfermedades entre los sitiadores, que se sumaron a los errores tácticos de los mandos.{{harvnp|Dores Costa|2005|p=6}} Los repetidos asaltos fracasaron y en octubre llegó finalmente el auxilio, al mando del propio valido del rey,{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=622}} Luis de Haro, que seguidamente tomó la iniciativa.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=147}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|2010|p=142}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=163}} A finales de 1658, los dieciocho mil soldados de [[Luis de Haro]] trataron en vano de apoderarse de [[Elvas]], que asediaron durante tres meses en duras condiciones que originaron deserciones y enfermedades.{{harvnp|White|2003|p=68}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|2010|p=143}} Los doce mil hombres que había traído a socorrer Badajoz quedaron en la mitad en apenas un mes, por las grandes deserciones de los milicianos, reclutados apresuradamente durante el verano.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=147}} El reclutamiento de voluntarios durante el otoño no logró compensar las deserciones.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=147}} La denodada defensa de la plaza dio tiempo a los portugueses a reunir un ejército de socorro que [[Batalla de las Líneas de Elvas|batió a los españoles]] el 14 de enero de 1659.{{harvnp|White|2003|p=68}}{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=393}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=147}}{{harvnp|Hardacre|1960|p=112}}{{harvnp|Ortiz Martínez|2013|p=626}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|2010|p=143}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=163}} La derrota decidió a Felipe IV a poner fin a la [[Guerra franco-española (1635-1659)|guerra con Francia]] para poder concentrar sus fuerzas en la contienda portuguesa y estabilizó el frente extremeño.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=393}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=163}}
[[Archivo:Retrato de D. António Luis de Menezes, 1º marquês de Marialva.jpg|thumb|right|[[António Luís de Meneses|António Luís de Meneses, marqués de Marialva]], que obtuvo la victoria en la [[batalla de las Líneas de Elvas]].]]
El frente gallego también cobró importancia y actividad a partir de 1658.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=234}} Los gallegos conquistaron [[Lapela]] ese año y al siguiente Salvatierra.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=234}}  El frente gallego cobró importancia a partir de 1659; las fuerzas destacadas en él crecieron hasta los siete mil quinientos soldados, encuadrados en siete tercios de pilones.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=309}}{{refn|group="nota"|Se denominaban tercios pilones a las unidades formadas por reclutas seleccionadas por sorteos realizados en las pilas bautismales de las parroquias. Estos eras soldados semiprofesionales que cobraban media paga y servían un año.}} No obstante, la lejanía de Lisboa a la frontera gallega, la orografía y la abundancia de puertos en los que los barcos británicos y franceses podían desembarcar hombre, armas y víveres para los portugueses hicieron que los mandos militares españoles descartasen grandes operaciones en el sector.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=395}} La aspereza del terreno y la existencia de recias plazas fuertes como [[Aljubarrota]] también desaconsejaban la invasión por la parte de [[Ciudad Rodrigo]].{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=396}}

Portugal solicitó la mediación del rey francés para poner fin al conflicto, pero Felipe IV rechazó todas las propuestas de concertación que se le hicieron.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=393}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=167}}{{refn|group="nota"|Estas fueron variopintas: desde el sometimiento del rey portugués al español, hasta la división de los territorios portugueses entre los dos reyes, pasando por el pago de tributo, la firma de una liga militar o la ayuda militar portuguesa a Felipe IV.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=167}}}} Trató también de impedir la firma de la paz entre Felipe IV y Luis XIV, pero Mazarino rechazó las sucesivas propuestas portuguesas.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=167}} Tras la firma del [[Tratado de los Pirineos]] de 1659, la [[independencia de Portugal]] estaba amenazada por España. El alto mando español planeaba traspasar parte del ejército de Flandes y Milán al frente portugués para contar con fuerzas veteranas que pudiesen poner fin a la larga contienda mediante una invasión.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=84}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=148}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|2010|p=127}} Se calcula que unos treinta mil extranjeros participaron finalmente en los combates contra Portugal entre 1660 y 1666, la mayoría en Extremadura.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2010|p=128}} El ejército de Extremadura debía dejar de ser esencialmente miliciano e indisciplinado y encuadrar por fin una cantidad sustancial de profesionales veteranos.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|pp=147-148}} Además, pretendía socavar los apoyos internacionales de Portugal y asegurarse la amistad del [[Carlos II de Inglaterra|nuevo soberano británico]].{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=394}} Sin embargo, el agotamiento de los dos bandos y la situación internacional hicieron que no hubiese combates de importancia durante 1659 y 1660.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=394}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=147}} Felipe IV encomendó el mando supremo a su hijo bastardo, Juan José de Austria, que había de presidir una nueva Junta de Guerra sita en Extremadura para dirigir los combates.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=394}}

Para sufragar las siguientes campañas portuguesas las Cortes de Castilla aprobaron un donativo de medio millón de escudos en 1662 y de otros doscientos mil en 1663.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|pp=181-182}} Además, en 1661 se empezó a acuñar un nuevo tipo de moneda, la «moneda de molinos», que agudizó la inflación en el reino y que en 1664 se hubo de devaluar un cincuenta por ciento.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=182}} Para entonces era cada vez más patente la indiferencia e incluso hostilidad de la población española por el conflicto con Portugal, considerado el motivo de los onerosos tributos que pagaba.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=182}} Tanto las Cortes de Aragón como las de Navarra se negaron a contribuir con más dinero a la guerra, si bien las últimas acabaron por ceder.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=182}}

====Concentración de fuerzas contra Portugal y reacción portuguesa (1659-1663)====
[[Archivo:Friedrich_Hermann_von_Schönburg.jpg|thumb|[[Federico de Schomberg|Friedrich von Schönberg, primer duque de Schönberg]], dirigió tanto a soldados portugueses como a tropas extranjeras.]]
Portugal trató de obtener ayuda ante la prevista arremetida española una vez concluida la larga [[Guerra franco-española (1635-1659)|guerra franco-española]].{{harvnp|Child|1975|p=135}} Ante la negativa oficial francesa, Portugal pactó con Inglaterra la alianza que desposó al rey inglés con la infanta Catalina de Portugal.{{harvnp|Child|1975|p=135}} Los ingleses se comprometían a defender Portugal y aportaban dos mil infantes y mil jinetes que combatirían como auxiliares portugueses,{{harvnp|Hardacre|1960|p=113}} evitando con ello la declaración de guerra a España.{{harvnp|Child|1975|p=135}} El reclutamiento, transporte y tres meses de soldadas corrían por cuenta del soberano inglés; a partir de ese momento, el coste de mantener las tropas pasaba al portugués.{{harvnp|Child|1975|p=135}}{{harvnp|Hardacre|1960|p=113}} Carlos aprovechó la campaña portuguesa para deshacerse de los restos de unidades de veteranos de Cromwell,{{harvnp|Hardacre|1960|pp=112-113}} que suponían una amenaza para la monarquía restaurada, a los que colocó bajo un mando que le era adicto.{{harvnp|Child|1975|p=136}} Dos mil infantes y quinientos jinetes llegaron a Lisboa el 7 de julio de 1662 y fueron destinados de inmediato a guarniciones fronterizas.{{harvnp|Child|1975|p=136}} Las relaciones del contingente británico con la tropa y la población portuguesa fueron tirantes desde el comienzo, en parte por el comportamiento de las tropas francesas (setecientos cincuenta hombres al mando del [[hugonote]] [[Federico de Schomberg]]) que había indispuesto a la población contra los extranjeros y en parte por las diferencias religiosas, ya que los británicos eran protestantes.{{harvnp|Child|1975|pp=136-137}} Los soldados británicos también sufrieron malas condiciones de vida y problemas para cobrar{{harvnp|Hardacre|1960|pp=114, 116}} sus soldadas.{{harvnp|Child|1975|p=137}} Las deserciones debido a las duras condiciones de vida, la enfermedad y los combates fueron menguando el contingente inglés y los intentos por mejorar su suerte chocaron con la pasividad gubernamental portuguesa, pese a la necesidad militar.{{harvnp|Child|1975|p=138}} Pese a la mala situación de los ingleses que servían en Portugal, el valido Castelo Melhor no tuvo reparos en solicitar a Carlos II trescientos jinetes y mil infantes más, además de parte de la guarnición de [[Tánger]].{{harvnp|Child|1975|p=138}} Carlos accedió a ello: envió mil irlandeses el 24 de marzo de 1664 (aunque sin armas y equipo), otros trecientos el 15 de abril, cuatrocientos el 29 de mayo y otros ciento cincuenta el 23 de junio.{{harvnp|Child|1975|p=138}} Cinco mil soldados ingleses sirvieron en Portugal en los seis años finales de la guerra, de los que solo regresaron al norte un veinte por cierto.{{harvnp|Child|1975|p=138}}

Las tensiones entre oficiales hicieron que Carlos entregase el mando del contingente británico al duque de Schomberg,{{harvnp|Hardacre|1960|p=116}} que quedó así jefe de todas las tropas extranjeras que combatían en el bando portugués.{{harvnp|Child|1975|p=139}} El duque, que había llegado al país a finales de 1662, reorganizó el ejército y devino en consejero militar oficioso del rey Alfonso, lo que causó disgusto entre los altos mandos portugueses.{{harvnp|Child|1975|pp=139-140}} Los intentos por arrumbar al duque solo tuvieron un éxito pasajero y este recuperó su puesto de mando en la campaña de 1665.{{harvnp|Child|1975|p=140}} Schomberg logró mejorar las condiciones y la disciplina de los ingleses.{{harvnp|Hardacre|1960|p=116}}

Para contrarrestar el riesgo de invasión, en 1661, los portugueses contrataron los servicios de un [[nobleza|noble]] militar [[Alemania|alemán]], [[Federico de Schomberg|Friedrich von Schönberg, I duque de Schönberg]], como consejero militar de [[Lisboa]], por recomendación del militar francés [[Henri de la Tour d'Auvergne-Bouillon|Turenne]], junto con otros oficiales extranjeros y más de dos mil soldados ingleses para reforzar las fuerzas portuguesas, la aquiescencia tácita de [[Carlos II de Inglaterra]]. [[Luis XIV de Francia]], para no infringir el tratado firmado con España, privó a Von Schönberg de sus oficiales franceses.

La primera llegada significativa de tropas de los territorios europeos de Felipe IV aconteció en 1660: dos expediciones que trajeron soldados de  Nápoles y Milán.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=148}} De este llegaron  tres tercios de infantería lombarda y otros tantos regimientos alemanes, unos tres mil seiscientos hombres en total, que embarcaron para a península ibérica en septiembre.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=148}} De Nápoles llegó un tercio de infantería napolitana y un regimiento alemán, unos dos mil trescientos hombres en total.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=148}} Otros tres mil ochocientos soldados acudieron de Milán y Nápoles en junio de  1662.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=148}}

Los españoles, por su parte, tuvieron problemas para enviar tropas de Flandes a la península ibérica: solo los cuerpos de valones, alemanes e irlandeses,{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=148}} poco inclinados en general a marchar a los duros combates de Portugal, contaban con suficientes dotaciones como para enviar hombres a este frente.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=86}} La primera remesa de soldados, cuatro mil infantes y mil cuatrocientos jinetes sin sus monturas además de ciertos especialistas, partió desde [[Ostende]] a la península en febrero de 1662.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=86}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=148}} El contingente se embarcó en una flota de dieciocho navíos, cuatro de ellos de guerra que escoltaban a los demás; entre los de transporte se hallaban varias fragatas corsarias, que luego se quedaron en las aguas peninsulares para estorbar el comercio portugués.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=88}} Pese a las dificultades financieras del ejército de Flandes, dependientes del sostén financiero externo, cada vez más escaso, Madrid no dejó de solicitar continuos envíos de soldados para el frente portugués.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=88}} En 1663 otros dos mil quinientos valones e irlandeses marcharon al sur en seis fragatas; fue el último grupo en hacerlo, pues a partir de entonces la falta de soldados en Flandes interrumpió los traslados.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=91}} Los llegados en 1662 pasaron un año en Galicia y luego fueron destinados a Extremadura, para participar en la campaña de Juan José de Austria de ese año.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=148}}

En España uno de los problemas principales lo constituía la dificultad para conservar las unidades.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=111}} No existía la intendencia necesaria para abastecer adecuadamente al ejército destinado en Extremadura.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=185}} Las penurias que pasaba la tropa, la falta de pagas y la cercanía de Castilla fomentaban las deserciones para huir de la miseria.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=111}} Muchos de los desertores, denominados tornilleros, solían reengancharse, en especial en invierno, para gozar de las ayudas que se daban a los alistados, para luego volver a escapar.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=111}} Pese a todo, el ejército extremeño pasó de ser esencialmente miliciano a profesional, con soldados tanto del rey como mercenarios, de origen muy diverso.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=149}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|2010|p=128}}{{refn|group="nota"|Entre los peninsulares, había extremeños,  castellanos,  andaluces,  valencianos,  vascos,  aragoneses catalanes y portugueses.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=149}} Entre los súbditos del rey de otros territorios, napolitanos, lombardos, valones y borgoñones.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=149}} Y los mercenarios eran alemanes, daneses, irlandeses, franceses, grisones, esguízaros, toscanos, saboyanos y piamonteses.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=149}}}} Las milicias quedaron destinadas a cometidos de defensa territorial, mientras que los profesionales quedaron a cargo de las operaciones ofensivas.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=149}} El ejército que emprendió la campaña de 1663 era de composición muy diferente al de las anteriores y había duplicado su tamaño, tanto en infantería como en caballería.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=149}}

====Avances de Juan José de Austria (1661-1662)====
[[Archivo:Juan_Jose_de_Austria.jpg|thumb|[[Juan José de Austria]], bastardo real y jefe del ejército de los [[Habsburgo]] españoles que llevó a cabo la mayor penetración en Portugal de toda la guerra antes de ser vencido estrepitosamente en [[Batalla de Estremoz|Estremoz]] en 1663.]]
Las campañas españolas de 1661 y 1662 fueron poco ambiciosas pese a la llegada de tropas profesionales.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=150}} Fundamentalmente, consistió en la toma de pequeñas plazas de frontera.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=150}} Juan José de Austria se apoderó de Arronches{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=150}} en julio de 1661,{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=395}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=119}} lo que debilitó la posición portuguesa en Elvas.{{harvnp|White|2003|p=68}} Desde allí los españoles podían hostigar las comunicaciones portuguesas esta última y avanzar allende el [[río Caia]].{{harvnp|White|2003|p=68}} La plaza en sí, empero, era de escaso valor, y se había conquistado fundamentalmente para aliviar la carga del alojamiento de la tropa en Extremadura.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=185}} Como consecuencia de la pérdida de Arronches, los portugueses retiraron el ejército del Alentejo a [[Estremoz]], alejándolo de la frontera.{{harvnp|White|2003|pp=68-69}} No obstante, fue el único avance significativo español durante la campaña de ese año, entorpecida por los problemas de abastecimiento del ejército.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=395}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=119}} Las operaciones del otoño se anularon tanto por la falta de tropa debida a los licenciamientos que se habían hecho en el verano como por el temor de que los portugueses hubiesen recibido ya los refuerzos ingleses que esperaban.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=185}}

En 1662, España comprometió importantes esfuerzos para poner fin a la rebelión en Portugal.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=234}} Se aprestaron tres ejércitos para ello: el de [[Badajoz]], compuesto por dieciséis mil infantes y seis mil jinetes y treinta cañones,{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=185}} mandado por [[Juan José de Austria]], hijo natural de [[Felipe IV de España|Felipe IV]];{{refn|group="nota"|A las unidades militares se sumaban la intendencia: cuatro mil quinientos bagajes de arrieros para llevar la cebada para alimentar a los caballos, mil doscientas carretas de bueyes con el bizcocho y el pan de munición para la tropa, quinientas mulas de tiro, trescientas acémilas que llevaban la munición y cien carros de mulas para llevar otros objetos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=185}}}} el de Galicia, con diecinueve mil hombres, y el de [[Ciudad Rodrigo]].{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|pp=234-235}} En junio de 1662, el de Austria conquistó [[Juromenha]],{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=186}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=119}} que se rindió sin combatir y sin que las tropas británicas pudiesen llegar a tiempo a socorrerla.{{harvnp|White|2003|p=72}}{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=395}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=74}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=150}}{{harvnp|Child|1975|p=137}} En la plaza, de escasa importancia como la de Arronches, se habían hecho dos mil prisioneros, pero con gran desgaste del ejército conquistador.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=186}} El ejército extremeño logró someter dieciocho poblaciones fronterizas en los sesenta y cuatro días en campaña, mediante una mezcla de magnanimidad con las que se sometían de grado y de castigo a las que se resistían.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=395}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=73}} El buen comportamiento general de la tropa hacia la población portuguesa se debía a la intención de granjearse voluntades y facilitar el sometimiento del reino.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2012|p=73}}

El 23 de junio de ese mismo año, [[Luís de Vasconcelos e Sousa]], tercer conde de Castelo Melhor, dio un golpe de Estado que acabó con la regencia de la reina, proclamó mayor de edad al rey [[Alfonso VI de Portugal|Alfonso]] e hizo de él el valido del joven soberano.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=396}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=187}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=119}} El nuevo giro en la cima del poder portugués pareció a Madrid una nueva oportunidad para rematar la guerra,{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=119}} por lo que se reunió el mayor ejército que hasta entonces se había destinado en el sector extremeño para la campaña de 1663: quince mil infantes, seis mil quinientos jinetes y veinte cañones.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=396}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|pp=187-188}} Madrid declaró además una nueve [[suspensión de pagos]] para hacer acopio de fondos para la campaña de 1663.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=181}}

====Derrotas españolas en Estremoz y Villaviciosa (1663-1665)====
El bastardo real dirigió el ejército que en 1663 superó las defensas fronterizas, penetró en el [[Alentejo]], y se encaminó a doblegar [[Évora]], segunda ciudad del reino y centro de un pasillo comercial que alcanzaba la costa.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=396}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=188}} Había partido el 7{{harvnp|Child|1975|p=141}} de mayo en dirección a [[Estremoz]], fuertemente defendida, por lo que fue dejada de lado para proseguir el avance hacia Évora, capital del Alentejo.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=397}} Sus efectivos eran diez mil infantes, seis mil jinetes y dieciocho cañones.{{harvnp|Child|1975|p=141}}{{refn|group="nota"|Las cifras de Hardacre son algo distintas: doce mil infantes, seis mil quinientos jinetes y dieciocho cañones.{{harvnp|Hardacre|1960|p=118}}}} Al evitar las principales plazas fronterizas (Elvas y Estremoz) para alcanzar Évora, los españoles habían acelerado la marcha, pero a costa de quedar aislados de la frontera, lo que originó problemas de abastecimiento.{{harvnp|White|2003|p=80}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=150}} Tanto en Évora como en otras poblaciones del Alentejo, Juan José había sido recibido como un libertador que abolía los tributos más odiados de los Braganza,{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=253}} situación que indignó al Gobierno portugués.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=134}} Évora, defendida por cinco tercios y cinco mil milicianos, cayó{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=150}} tras un corto asedio de nueve{{harvnp|Hardacre|1960|p=118}} días el 20{{harvnp|Child|1975|p=141}}{{refn|group="nota"|El 22, según Valladares Ramírez.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=188}} Valladares Ramírez afirma que el corto cerco duró cinco días: del 17 al 22 de mayo.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=253}}}} de mayo.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=397}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=119}} La pérdida de la ciudad, casi una entrega tras escasa resistencia, desató el pánico en Lisboa, pese a que la amenaza a la capital del reino era nula, pues el ejército austracista carecía de la intendencia necesaria para alcanzar Lisboa.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=253}} El primer socorro portugués que intentó recobrar la ciudad, un pequeño ejército que llegó al poco de haberse rendido, hubo de retirarse sin conseguirlo.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=397}} Sin embargo, los portugueses, bajo el mando de [[António Luís de Meneses|don António Luís de Meneses, primer marqués de Marialva]] y Schomberg, fueron capaces de revertir la situación, aprovechando la debilidad de la retaguardia enemiga.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=397}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=188}} Amenazaron las comunicaciones con Badajoz presentándose en Estremoz con cuatro mil infantes y seis mil jinetes,{{harvnp|Hardacre|1960|p=118}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=189}} obligando a Juan José de Austria a presentar batalla al alcanzar su retaguardia.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=397}}{{harvnp|Child|1975|pp=141-142}} El 8 de junio de 1663,{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=397}} don Juan José sufrió una estrepitosa derrota{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=103}} a manos de los portugueses en la [[batalla de Ameixial]]/Estremoz,{{harvnp|Hardacre|1960|p=118}} cuando se dirigía a [[Arronches]] para buscar alimento para sus tropas.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=223}}{{harvnp|White|2003|p=60}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=150}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=189}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=119}} Los vencidos dejaron cuatro mil muertos y dos mil quinientos heridos en el campo de batalla y tres mil quinientos de ellos fueron hechos prisioneros —fundamentalmente bisoños despavoridos—.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=189}} Los portugueses recobraron{{harvnp|Hardacre|1960|p=120}} Évora el día 24 del mes.{{harvnp|Revilla Canora|2015|p=398}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=189}} Ni el ejército de Galicia ni la flota que debía haber bloqueado Lisboa habían participado finalmente en la campaña, a causa de la falta de fondos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=189}} La recuperación portuguesa de la ciudad puso fin a la campaña bélica de ese año.{{harvnp|Hardacre|1960|p=120}} El mando extremeño pasó al general más experimentado de Felipe IV, el marqués de Caracena, que hubo de acudir desde Flandes.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=190}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=119}}

{| class="toccolours" style="float: right; margin-left: 1em; margin-right: 2em; font-size: 85%; background:#c6dbf7; color:black; width:30em; max-width: 40%;" cellspacing="5"
| style="text-align: left;" | «Dicen a Vuestra Magestad que Portugal no tiene dinero, no tiene navíos, no tiene gente: traidores son los que lo dicen. Pues con qué nos tienen destruidos? Sin gente nos tienen tantas veces desbaratados; Válgame Dios, que fuera con gente! Sin dinero lloramos nuestras ruinas, qué lloráramos si tuvieran dinero? Señor: Portugal nos desbarató en '''Montijo''' [batalla de Montijo, 1644], nos destruyó en '''Yelbes''' [batalla de Elvas, 1659], Luis Méndez de Haro [Valido de Felipe IV] huyó dejando caballos, artillería, infantes y bagajes. Portugal en '''Évora''' [batalla de Estremoz o de Ameixial, 1663] destruyó la Flor de España, lo mejor de Flandres, lo lucido de Milán, lo escogido de Nápoles y lo granado de Extremadura. Vergonzosamente se retiró S.A [El Príncipe D. Juan José de Austria, hijo de Felipe IV] dejando ocho millones que costó la empresa, ocho mil muertos, seis mil prisioneros, cuatro mil caballos, veinticuatro piezas de artillería, y lo más lastimoso fue que, de ciento veinte títulos y cabos, no escaparon sino cinco (...). Cada día espera Vuestra Magestad que se gane, y cada día sepa Vuestra Magestad que se pierde, y que es mucha la pérdida de cada día." [Poco después de estas palabras, tuvo lugar la derrota de '''Castelo Rodrigo''' en 1664, y la aplastante derrota de '''Villaviciosa o Montes Claros''' en 1665].»
|-
| style="text-align: left;" | Comentario de un ministro de [[Felipe IV de España|Felipe IV]], refiriéndose a la desastrosa [[Batalla de Ameixial|campaña de 1663]].{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=242}}. 
|}

El duque de Osuna abordó un nuevo intento de invasión de Portugal, esta vez desde Ciudad Rodrigo, en 1664.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=143}} Atacó infructuosamente [[Castelo Rodrigo]] y Almeida;{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=120}} perdió mil hombres y toda la artillería cerca de la primera población.{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=535}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=190}} El 24 de junio de 1664,{{harvnp|Hardacre|1960|p=121}} tras soportar un duro pero corto asedio de cinco días,{{harvnp|Hardacre|1960|p=121}} [[Valencia de Alcántara]] cayó finalmente en poder de los portugueses,{{harvnp|García Barriga|2008|p=34}}{{harvnp|Child|1975|p=143}} que la conservaron hasta febrero de 1668.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=224}} Fue la única plaza importante que conquistaron los portugueses en la frontera extremeña, pese a los repetidos intentos por apoderarse de no solo de esta sino también de [[Alburquerque]] y Badajoz.{{harvnp|White|2003|p=82}} La toma, sin embargo, desbarató la trashumancia de los rebaños hacia Extremadura e hizo que los españoles evacuasen algunos lugares como Arronches.{{harvnp|Hardacre|1960|p=121}}{{refn|group="nota"|Extremadura contaba con una parte significativa de los pastos invernales que alimentaban a los rebaños de ovejas de la [[Concejo de la Mesta|mesta]], elemento fundamental de la economía castellana de los siglos {{SIGLO|XVI}} y {{SIGLO|XVII}}.{{harvnp|White|1985|p=7}}}} Los españoles trataron vanamente de recuperarla en abril de 1665.{{harvnp|Hardacre|1960|p=122}}
[[Archivo:Batalha de Montes Claros - gravura.jpg|La última gran batalla de la guerra y la más sangrienta: la [[Batalla de Villaviciosa (1665)|victoria portuguesa en Villaviciosa/Montes Claros]], representada en un grabado italiano del siglo {{SIGLO|XVII}}.|miniatura|izquierda]]
Los portugueses contaban entonces con unos treinta mil hombres en el teatro de operaciones de Alentejo-Extremadura, pero los españoles eludieron todo choque importante con ellos hasta junio de 1665, cuando el nuevo jefe militar español, [[Luis de Benavides Carrillo|Luis de Benavides, marqués de Caracena]], se apoderó de [[Vila Viçosa|Villaviciosa]]{{harvnp|Child|1975|p=143}} al frente de trece mil infantes y seis mil quinientos jinetes.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=191}} La columna de socorro portuguesa, compuesta por veinticinco mil soldados a las órdenes de António Luís de Meneses (marqués de Marialva) y de Schomberg, se batió con las fuerzas de Benavides en [[Batalla de Villaviciosa (1665)|Villaviciosa/Montes Claros]] el [[17 de junio]] de [[1665]].{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=225}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|pp=150-151}}{{harvnp|Child|1975|p=143}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=537}}{{harvnp|Hardacre|1960|p=122}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=191}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=120}} La táctica portuguesa, la elección del terreno y calidad de los soldados franceses e ingleses de Schomberg decantaron la batalla en favor de los portugueses.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=151}} El objetivo español, frustrado por la derrota, había sido alojar el ejército en el Alentejo para paliar la carga que hasta entonces había sufrido Extremadura.{{harvnp|Valladares Ramírez|1996|p=537}} Caracena perdió en el choque, el más sangriento del conflicto, cuatro mil muertos y seis mil prisioneros.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=191}}

La infantería y la artillería portuguesas desbarataron a la [[caballería]] española, y la batalla concluyó con más de diez mil bajas españolas hombres, entre muertos y [[prisionero de guerra|prisioneros]]. Poco después, los portugueses recuperaron [[Vila Viçosa]]. Estos fueron los últimos combates de entidad de la guerra.

El 15 de octubre de ese mismo año de 1665, los portugueses desencadenaron una ofensiva en Galicia,{{harvnp|Child|1975|p=144}} con el fin de apoderarse del puerto de [[Vigo]], que los franceses deseaban obtener.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=235}} Esta acometida acabó con la serie de victorias gallegas en el frente norte y permitió a los portugueses ocupar el valle del Ronsal y rendir [[La Guardia (Pontevedra)|La Guardia]] (12 de noviembre) y [[Tuy (Pontevedra)|Tuy]] (17 del mismo mes).{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=235}}{{harvnp|Hardacre|1960|p=123}} Los portugueses saquearon veinticuatro poblaciones.{{harvnp|Child|1975|p=144}} Tras este ataque apenas hubo combates del importancia en el frente gallego, que se mantuvo inmutado.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=236}} La incursión en Galicia fue en la práctica la última campaña de relevancia de la guerra y, junto con la victoriosa de la primavera en el Alentejo, agotó las finanzas portuguesas: la moneda hubo de devaluarse un 20 %.{{harvnp|Child|1975|p=144}} Madrid, por su parte, volvió a concentrarse en la defensa de Flandes, amenazado por Luis XIV en la [[Guerra de Devolución]] a partir de mayo de 1667.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|pp=181, 198}}{{refn|group="nota"|Un gran ejército de setenta mil soldados al mando del [[Enrique de la Tour d'Auvergne-Bouillon|vizconde de Turena]] invadió Flandes.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=197}}}}

No hubo choques relevantes en 1666, cuando ya los dos bandos esperaban firmar pronto la paz.{{harvnp|Hardacre|1960|p=123}} Schomberg atacó a Alburquerque en marzo de 1667, pero fue repelido.{{harvnp|Hardacre|1960|p=123}} Caracena, con escasos fondos, hubo de mantenerse a la defensiva{{harvnp|Rodríguez Hernández|2010|p=148}} y tratar de frenar las incursiones enemigas en Extremadura, Castilla y, sobre todo, Andalucía.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=197}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=120}} La falta de dinero deshizo lo que quedaba del ejército de Extremadura, postergado de nuevo ante las necesidades defensivas de Flandes y Cataluña.{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|pp=197-198}} En Galicia los portugueses volvieron a atacar y a romper el frente en septiembre de 1667.{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=120}}

==Paz y resultados de la guerra==
Al fallecimiento de Felipe IV, a la falta{{harvnp|Child|1975|p=144}} de medios para emprender nuevas ofensivas y el estancamiento del frente se unió en mayo{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=120}} de 1667 la [[Guerra de Devolución]] que, pese a los avisos del gobierno flamenco, sorprendió a la corte de Madrid.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=212}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=151}} La reina regente viuda no se resignaba aún a perder Portugal, pese al pesimismo de los ministros.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=212}} Pese a esto, la nueva guerra con Francia aceleró el fin de la contienda portuguesa.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=215}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=151}} Para poder defender Flandes, la Corona debía concertar la paz con los portugueses, a lo que la regencia acabó por resignarse.{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=215}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=151}} De hecho, Portugal había firmado una alianza con Francia en marzo, que hizo a Madrid temer un ataque naval conjunto franco-portugués.{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=120}}

Las negociaciones para ajustar la paz habían comenzado ya en octubre de 1664, con mediación{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=218}} inglesa pese a la ayuda que Inglaterra prestaba a Portugal.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=152}}{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=124}} Continuaron tras la muerte de Felipe IV pese a que los desacuerdos entre los dos bandos impidió el pacto en los años siguientes.{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|pp=152-153}} Fundamentalmente Madrid seguía rehusando reconocer al rey portugués y Lisboa esperaba beneficiarse de la debilidad de la nueva regencia española.{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=124}} Ambas partes volvieron a campañas de escaramuzas. Portugal, con la intercesión de su aliado inglés, había solicitado una [[tregua]], pero la decisiva victoria portuguesa en Villaviciosa/Montes Claros,{{harvnp|Graça de Sousa|2018|p=103}} la situación en Flandes{{harvnp|Rodríguez Rebollo|2006|p=125}} y la firma del [[Tratado de Lisboa de 1667]] entre Francia y Portugal precipitaron el fin del conflicto: los Habsburgo españoles finalmente accedieron a reconocer la [[independencia de Portugal|independencia portuguesa]]{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=226}} y a la [[Casa de Braganza]] como la nueva dinastía reinante de Portugal el [[13 de febrero]] de [[1668]].{{harvnp|Rodríguez Hernández|2007|p=216}}{{harvnp|Rodríguez Hernández|Rodríguez Rebollo|2008|p=154}}{{harvnp|Prestage|1934|p=90}}{{harvnp|Child|1975|p=140}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=218}} La [[Tratado de Lisboa (1668)|paz se firmó]] ese día en el convento de San Eloy de Lisboa.{{harvnp|Caro del Corral|2012|p=226}}

Portugal consiguió de la dilatada guerra la restauración de la independencia de España y demostró que podía valerse por sí mismo, aunque con dificultad. Sus victorias en el campo de batalla habían vuelto a despertar el nacionalismo portugués. Sin embargo, el país permaneció económicamente débil, con su agricultura subdesarrollada, dependiente del grano inglés, y con sus habitantes en general hambrientos de bienes extranjeros, especialmente textiles. [[Luís de Meneses, tercer conde de Ericeira]], asesor económico del príncipe regente, abogó en consecuencia por el desarrollo de una industria textil propia, basada en el modelo flamenco. Las fábricas se establecieron en [[Covilhã]], en una zona céntrica donde había acceso fácil a los rebaños de ovejas y agua limpia de montaña, pero resultaron muy impopulares entre los consumidores y los tejedores tradicionales. Los portugueses trataron también de desarrollar una industria [[seda|sedera]], pero este proyecto se vio estorbado por los franceses, que querían [[monopolio|monopolizar]] este producto.

El esfuerzo nacional portugués se mantuvo durante veintiocho años y permitió desbaratar las sucesivas tentativas de invasión de los ejércitos de [[Felipe IV de España|Felipe IV]]. En [[1668]] se firmó el [[Tratado de Lisboa (1668)|Tratado de Lisboa]] por el cual [[España]] reconoció la soberanía del país vecino.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=236}} La independencia se había logrado al precio de hipotecar buena parte de la economía en una serie de acuerdos con Inglaterra, Francia y las Provincias Unidas.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=220}} A la Monarquía hispánica también le costó un oneroso acuerdo comercial con Inglaterra (1667), que le concedía las misma ventajas que disfrutaban los holandeses desde 1648 y los franceses desde 1659.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=220}} Esta paz puso fin al conflicto ibérico más largo del siglo {{SIGLO|XVII}}, que duró veintiocho años.{{harvnp|White|2003|p=61}} La victoria de los restauradores portugueses se debió en gran medida a la [[Sublevación de Cataluña]], ya que los mejores soldados castellanos se destinaron a esta región, así como a los esfuerzos diplomáticos de Inglaterra, Francia, Holanda y Roma por limitar el poder del [[Imperio español]] mientras mantenían la guerra en Alemania (la [[Guerra de los Treinta Años]]) y en Flandes (la [[Guerra de los Ochenta Años]], que seguía con apoyo inglés y francés tras la [[guerra anglo-española (1625-1630)]]). El tratado dispuso la devolución de los territorios conquistados por los dos bandos, a excepción de [[Ceuta]], que conservó España.{{harvnp|Castilla Soto|Cuba Regueira|1996|p=236}}{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=218}} La [[Casa de Braganza]] se mantuvo en el trono portugués hasta la [[Revolución del 5 de octubre de 1910|revolución de 1910]].{{harvnp|Valladares Ramírez|1995|p=104}} El tratado también permitió oficialmente el comercio entre las dos Coronas, poniendo fin al bloqueo y dispuso la liberación de los prisioneros de los dos bandos.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=218}}

La independencia portuguesa permitió la conservación y recuperación incluso de colonias en América y África, pero no en Asia, cuyos colonos tampoco habían colaborado excesivamente con la nueva dinastía.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=289}} En América, sin embargo, supuso la pérdida de penetración comercial en los territorios castellanos y de la obtención de plata, necesaria para el comercio asiático.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=289}} En la península, conllevó también la pérdida de la posición de los banqueros prestamistas en Madrid, obtenida en 1627.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=289}}

Para los Austrias, la ruptura de la unidad ibérica supuso el fin de su hegemonía en Europa occidental y la imposibilidad de recobrarla.{{harvnp|Valladares Ramírez|1998|p=294}}

Paralelamente, las tropas portuguesas lograron expulsar a los holandeses de [[Angola]] y [[Santo Tomé y Príncipe]] (1641-1654). En [[Brasil]] la expulsión de los holandeses fue obra de caudillos locales (brasileños y portugueses) que mandaban fuerzas compuestas de nativos, indígenas y esclavos entrenados y recibieron cierto apoyo militar portugués; el proceso se conoce como [[insurrección pernambucana]]. Merced al éxito de los combates en Brasil contra los holandeses, se restableció el poderío atlántico portugués.

== Cronología ==
[[Archivo:Order of christ.gif|thumb|right|200px]]
[[Archivo:Cross of Burgundy (Template).svg|miniaturadeimagen|200px|La Cruz de la [[Orden de Cristo]] y la [[Cruz de Borgoña]], en paño blanco (o colores de fondo variados, como cuartos en verde y blanco en algunos regimientos portugueses) fueron los estandartes más utilizados por los regimientos de Portugal y los tercios de España en los campos de batalla, respectivamente<ref>{{cite web|title=Banderas, estandártes, guiones – ejército português (3))|url=https://guerradarestauracao.wordpress.com/2008/04/20/bandeiras-estandartes-guioes-exercito-portugues-3/|website=Guerra da Restauração Blog de História Militar dedicado à Guerra da Restauração ou da Aclamação, 1641-1668}}</ref>]]
* '''[[1640]]''': Un pequeño grupo de conspiradores asaltó el [[Palacio de Ribeira|Palacio Real de Lisboa]] y depuso a la [[Virrey de Portugal|Virreina de Portugal]], la [[Margarita de Saboya|Duquesa de Mantua]] el [[1 de diciembre]]. Ella trató de calmar al pueblo portugués durante las manifestaciones en el [[Terreiro do Paço]], a la vez, la plaza principal de Lisboa, pero falló sus esfuerzos. El [[Duque de Braganza]], cabeza de una antigua familia noble portuguesa, y descendiente de [[Juan I de Portugal]], acepta el trono como [[Juan IV de Portugal]]. Su reinado entero estará dominado por la lucha para establecer y mantener la independencia respecto a España.
* '''[[1641]]''': Una contrarrevolución, organizada por la [[Inquisición]], fracasa, sofocada por [[Francisco de Lucena]], que ejecuta a los cabecillas, pero que inicia una guerra de independencia de 28 años contra España interrumpida por frecuentes amenazas internas para establecer un nuevo régimen. [[Miguel Luís de Meneses, II duque de Caminha]], fue ejecutado por seguir apoyando la reivindicación de los Habsburgo al trono portugués.
** Portugal firmó alianzas con [[Francia]] ([[1 de junio]]) y [[Suecia]] (agosto).
** Portugal y el [[Imperio neerlandés]] firmaron un ''"Tratado de alianza ofensiva y defensiva"'', también conocido como el [[Tratado de La Haya (1641)|Tratado de La Haya]], el [[12 de julio]]. El tratado no fue respetado por ninguna de las partes y, como consecuencia, no tuvo ningún efecto en las dependencias portuguesas en [[Brasil]] y en [[Angola]], que estaban bajo ocupación holandesa.
** Los holandeses comenzaron la ocupación de Santo Tomé y de [[Annobón|Ano Bom]] el [[16 de octubre]], donde permaneció hasta el [[6 de enero]] de [[1649]]. Esta acción fue claramente una violación del acuerdo alcanzado con Portugal sólo tres meses antes.
** Portugal fue [[Batalla de Malaca (1641)|expulsado de Malaca]], en la actual [[Malasia]], por los holandeses.
* '''[[1642]]''': Los holandeses expulsaron a los portugueses de la [[Costa de Oro portuguesa]], ampliando así la [[Costa de Oro neerlandesa]] (hoy [[Ghana]]).
* '''[[1643]]''': En la [[batalla de Rocroi]] (19 de mayo), en las [[Ardenas]], los franceses derrotaron a los españoles.
* '''[[1644]]''': Se produce la [[batalla de Montijo]] (26 de mayo), cerca de [[Badajoz]] entre los españoles y los portugueses.
** Durante el [[Asedio de Elvas]] (noviembre) los portugueses resisten a nueve días de asedio español.
* '''[[1648]]''': El [[sultán de Omán]], en alianza con los holandeses, captura [[Muscat]], que hasta entonces fue un puesto comercial portugués en la [[península arábiga]].
** Las tropas portuguesas de la [[Colonización de Brasil|colonia de Brasil]] desembarcaron en [[Angola]] bajo el mando de [[Salvador Correia de Sá]], recuperando [[Luanda]] (15 de agosto) y, tras la expulsión de los holandeses, restaurando la [[África Occidental Portuguesa|colonia africana en Portugal]].
* '''[[1649]]''': Los holandeses fueron expulsados de [[Isla de Santo Tomé|Santo Tomé]].
* '''[[1654]]''': Tratado anglo-portugués entre Juan IV y [[Oliver Cromwell]] firmado en [[Palacio de Westminster|Westminster]]. Juan acuerda evitar perturbar a los comerciantes ingleses y sus posesiones; se les permite usar su propia Biblia y ser enterrados de acuerdo a los ritos [[protestante]]s, a pesar de encontrarse en tierras [[católica]]s.
** Firma del [[Tratado de Taborda]] (26 de enero) frente al [[Fuerte Frederik Hendrik]], (posteriormente renombrado como [[Forte das Cinco Pontas]]), en [[Recife]], [[nordeste de Brasil]]. Las condiciones principales de este tratado fueron que la [[Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales]] renunciaba de todas sus colonias y posesiones en Brasil, y que los ciudadanos neerlandeses abandonarían tierras brasileras. La evacuación neerlandesa de Recife aconteció a partir de abril de 1654.
* '''[[1656]]''': Muerte de Juan IV tras un reinado de quince años. La reina consorte, la [[sevilla]]na [[Luisa de Guzmán]], hija del [[duque de Medina-Sidonia]] reinó entonces como regente de su hijo, [[Alfonso VI de Portugal]]. Buscó el acuerdo con España.
** Portugal perdió el control de [[Colombo]] en [[Ceilán portugués]] frente a los holandeses.
* '''[[1658]]''': Los holandeses tomaron [[Jaffna]]patam, la última colonia de Portugal en [[Ceilán]].
* '''[[1659]]''': La [[batalla de las Líneas de Elvas]] fue librada el [[14 de enero]]. Los Habsburgo asedian [[Elvas]], resultando repelidos por las tropas portuguesas al mando del [[António Luís de Meneses|marqués de Marialva, António Luís de Meneses]], y [[Sancho Manuel de Vilhena|Sancho Manoel de Vilhena]], quienes sostuvieron una resonante victoria sobre los españoles.
** Los españoles sitiaron la ciudad portuguesa de [[Monção]], en la frontera norte con [[Galicia]], pero fueron rechazados.
** El [[Tratado de los Pirineos]] fue firmado el 7 de noviembre, finalizando la larga guerra de España con Francia. Las tropas españolas se encontraron disponibles una vez más a reprimir la "rebelión" de los portugueses. Los españoles visitaron [[Elvas]], pero fueron rechazados por António Luís de Meneses nuevamente.
* [[1660]]: En la restauración de [[Carlos II de Inglaterra|Carlos II]] en [[Corona británica|Gran Bretaña]], la reina regente renegocia el tratado de 1654. A Portugal se le permite reclutar soldados y caballos en Inglaterra para luchar contra España; y busca 4000 soldados en [[Escocia]] e [[Irlanda]] y fleta 24 barcos ingleses para llevarlos. A la fuerza expedicionaria se le distribuyen armas inglesas a su llegada a Portugal y se le garantiza la libertad de culto religioso.
* [[1661]]: El [[conde de Castelo Melhor]] emprende la fase final y exitosa de la guerra con la ayuda del franco-alemán [[Frederick Schomberg|mariscal Schomberg]], que dirige brillantemente un ejército con más del 20 % de mercenarios internacionales contra las fuerzas españolas, constituidas principalmente por castellanos, italianos y alemanes, y tropas de casi todos los países de la Corona concentradas para luchar contra Portugal.
* [[1665]]: [[17 de junio]], finalmente Portugal vence en la [[batalla de Montes Claros]], en la que Schomberg derrota al ejército español del [[Luis de Benavides Carrillo, Marqués de Caracena|Marqués de Caracena]]; España abandona la lucha, pero la paz no será firmada hasta tres años después.
* [[1668]]: El [[Tratado de Lisboa (1668)|Tratado de Lisboa]] con España finaliza tras casi treinta años de guerra. España devuelve a Portugal todas sus antiguas posesiones y territorios con la excepción de [[Ceuta]].

== Notas ==
{{listaref|group=nota|2}}

==Referencias==
{{listaref|4}}

==Bibliografía==
*{{cita libro 
|apellido= Birmingham
|nombre= David
|título= Historia de Portugal
|idioma= español
|año= 1995
|editorial= Cambridge University Press
|isbn= 9780521478304
|páginas=
|url=
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Bouza
| nombre = Fernando Jesús
| título = Primero de diciembre de 1640: ¿una revolución desprevenida?
| año = 1991
| revista = Manuscrits: Revista d'història moderna
| volumen = 
| número = 9
| páginas = 205-226
| url = https://ddd.uab.cat/pub/manuscrits/02132397n9/02132397n9p205.pdf
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Boxer
| nombre = C. R.
| título = Salvador Correia de sá e Benevides and the Reconquest of Angola in 1648
| año = 1948
| revista = The Hispanic American Historical Review
| volumen = 28
| número = 4
| páginas =483-513
| url = http://www.jstor.com/stable/2507790
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Boxer
| nombre = C. R.
|máscaraautor=1
| título = 'Three Sights To Be Seen': Bombay, Tangier, and a Barren Queen, 1661-1684
| año = 1987
| revista = Portuguese Studies
| volumen = 3
| número = 
| páginas =77-83
| url = https://www.jstor.org/stable/41104838 
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Caro del Corral
| nombre = Juan Antonio
| título = La frontera cacereña ante la Guerra de Restauración de Portugal. Organización defensiva y sucesos de armas (1640-1668) 
| año = 2012
| revista = Revista de estudios extremeños
| volumen = 68
| número = 1
| páginas =187-226
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3940327
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Caro del Corral
| nombre = Juan Antonio
|máscaraautor=1
| título = La Baja Extremadura durante la Guerra de la Restauración de Portugal (1640-1668)
| año = 2014
| revista = Revista de estudios extremeños
| volumen = 70
| número = 1
| páginas =245-330
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4792367
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Castilla Soto
| nombre = Josefina
| apellido2= Cuba Regueira
| nombre2 = Ana M.ª
| título = La aportación de Galicia a la Guerra de Secesión de Portugal  (1640-1668)
| año = 1996
| revista = Espacio, Tiempo y Forma
| volumen = 9
| número = 
| páginas =  231-242 
| url = http://e-spacio.uned.es/fez/eserv.php?pid=bibliuned:ETFSerie4-C2DFAFE5-427A-51BF-29ED-DD563C5DA7EC&dsID=Documento.pdf
}}
* {{Cita publicación
| apellidos=Chaunu
| nombre = Huguette
| apellidos2=Chaunu
| nombre2 = Pierre
| título =  Autour de 1640: politiques et économies atlantiques
| año = 1954
| revista =Annales. Histoire, Sciences Sociales
| volumen = 
| número = 1
| páginas =44-54
| url = https://www.jstor.org/stable/27579594 
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Childs
| nombre = John
| título = The English brigade in Portugal, 1662-68
| año = 1975
| revista = Journal of the Society for Army Historical Research
| volumen = 53
| número = 215
| páginas =135-147
| url = https://www.jstor.org/stable/44225362 
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Cortés Cortés
| nombre = Fernando
| título = Guerra en Extremadura, 1640-1668. Ejército, financiación y consecuencias 
| año = 1982
| revista = Revista de estudios extremeños
| volumen =38
| número = 1
| páginas =37-122
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=267613
}}
* {{Cita publicación
| apellidos= Dores Costa
| nombre = Fernando
| título = Formação da força militar durante a guerra da restauração
| año = 2001
| revista = Penélope: revista de história e ciências sociais,
| volumen = 
| número = 24
| páginas =87-119
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2654636
}}
* {{Cita publicación
| apellidos= Dores Costa
| nombre = Fernando
|máscaraautor=1
| título = Interpreting the Portuguese War of Restoration (1641-1668) in a European Context 
| año = 2005
| revista =  e-Journal of Portuguese History
| volumen = 3
| número =1
| páginas =1-14
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2778243
}}
* {{Cita publicación
| apellidos= Dores Costa
| nombre = Fernando
|máscaraautor=1
| título = As forças sociais perante a guerra: as Cortes de 1645-46 e de 1653-54 
| año = 2002
| revista =  Análise Social 
| volumen = 36
| número =161
| páginas =1147-1181 
| url = http://analisesocial.ics.ul.pt/documentos/1218730612X7wUA5tq2Gh04TX0.pdf
}}
* {{Cita publicación
| apellido= García Barriga
| nombre = Felicísimo
| título = Sociedad y conflicto bélico en la Edad ModernaExtremadura ante la guerra con Portugal, 1640-1668 
| año = 2008
| revista =  Norba: Revista de historia
| volumen = 
| número = 21
| páginas =29-47
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3209767
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Graça de Sousa
| nombre = Ana Teresa
| título = La frontera del Alentejo durante la Guerra de Restauración (1640- 1668) 
| año = 2018
| revista = Revista Historia Autónoma 
| volumen = 
| número = 12
| páginas =99-119
| url = https://revistas.uam.es/historiaautonoma/article/view/9440
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Grose
| nombre = Clyde L.
| título =  The Anglo-Portuguese Marriage of 1662
| año = 1930
| revista =The Hispanic American Historical Review
| volumen = 10
| número = 3
| páginas =313-352
| url = https://www.jstor.org/stable/2506378 
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Hardacre
| nombre = P. H.
| título =  The English contingent in Portugal, 1662-1668
| año = 1960
| revista =Journal of the Society for Army Historical Research
| volumen = 38
| número = 155
| páginas =112-125
| url = https://www.jstor.org/stable/44228921 
}}
*{{cita libro 
|apellidos= Jiménez Estrella
|nombre= Antonio
|título= Construyendo Historia. Estudios en torno a Juan Luis Castellano
|capítulo=Prisioneros de guerra ‘portugueses y extranjeros’ en la fortaleza de la Alhambra tras la batalla de Montijo (1644)
|idioma= español
|año= 2013
|editorial= Universidad de Granada
|isbn= 9788433856586
|páginas=369-384
|url=
}}
* {{Cita publicación
| apellido=  De Luxán Meléndez 
| nombre =  Santiago
| título = La pervivencia del Consejo de Portugal durante la Restauración1640-1668 
| año = 1987-1988
| revista =  Norba: Revista de historia
| volumen = 
| número = 8-9
| páginas =61-86
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=109835
}}
* {{Cita publicación
| apellido=  Moreno Ramos
| nombre =  Jesús
| título = La Sierra de Gata en la guerra con Portugal (1640-1668). Análisis de dos documentos inéditos
| año = 1995
| revista =  Alcántara: Revista del Seminario de Estudios Cacereños
| volumen = 
| número = 34
| páginas =49-76
| url = http://www.frontespo.org/es/fichas-bibliograficas/la-sierra-de-gata-en-la-guerra-con-portugal-1640-1668-analisis-de-dos
}}
* {{Cita libro
| apellido=  Ortiz Martínez
| nombre =  Fernando
| título = Guerra de Separación en Portugal: el asedio portugués a Badajoz en 1658 
| año = 2013
| editorial= XLI Coloquios Históricos de Extremadura
| páginas = 615-628
| url = https://chdetrujillo.com/guerra-de-separacion-de-portugal-el-asedio-portugues-a-badajoz-de-1658-2/
|isbn=978-84-96757-47-9
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Prestage
| nombre = Edgar
| título = The Anglo-Portuguese Alliance
| año = 1934
| revista = Transactions of the Royal Historical Society
| volumen = 17
| número = 
| páginas =69-100
| url = http://www.jstor.com/stable/3678521
}}
* {{Cita publicación
| apellidos= Revilla Canora
| nombre = Javier
| título = Un noble napolitano en la guerra de Portugal: Francesco Tuttavilla, duque de San Germán, general del ejército de Extremadura
| año = 2015
| revista =Colección estudios Universidad Rey Juan Carlos
| volumen = 
| número = 
| páginas =389-399
| url = https://digital.csic.es/handle/10261/129652
}}
*{{cita libro 
|apellido= Rodríguez Hernández
|nombre= Antonio José
|título= España, Flandes y la Guerra de Devolución (1667-1668). Guerra, reclutamiento y movilización para el mantenimiento de los Países Bajos españoles
|idioma= español
|año= 2007
|editorial= Ministerio de Defensa
|isbn= 978-84-9781-336-5
|páginas=
|url=
}}
* {{Cita libro
|apellido= Rodríguez Hernández
|nombre= Antonio José
|máscaraautor=1
| título = España : Nación y Constitución y otros estudios sobre Extremadura 
|capítulo=Nación, fidelidad y frontera durante la Guerra de Restauración de Portugal (1640 - 1668) 
| año = 2012
| páginas =63-76
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4168143
}}
* {{Cita libro
|apellido= Rodríguez Hernández
|nombre= Antonio José
|máscaraautor=1
| título = Irlanda y el Atlántico Ibérico: movilidad, participación e intercambio cultural /
|capítulo= La presencia militar irlandesa en el ejército de Extremadura (1640-1668)
| año = 2010
| páginas =127-154
| url = 
}}
*{{cita libro 
|apellidos=  Rodríguez Hernández
|nombre=  Antonio José
|apellidos2= Rodríguez Rebollo
|nombre2= María Patricia
|título= Iberismo. Las relaciones entre España y Portugal. Historia y tiempo actual
|capítulo=Entre la guerra y la paz : La Guerra de Restauración portuguesa en Extremadura y las negociaciones de paz con Portugal (1640-1668)
|idioma= español
|año= 2008
|editorial=Sociedad Extremeña de Historia
|isbn= 978-84-612-3264-2
|páginas=141-154
|url=https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2688177
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Rodríguez Rebollo
| nombre = María Patricia
| título = El Consejo de Estado y la Guerra de Portugal (1660-1668) 
| año = 2006
| revista = Investigaciones históricas: Época moderna y contemporánea
| volumen = 
| número = 26
| páginas =115-136
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2055021
}}
* {{Cita libro
| apellido= Rodríguez Trejo
| nombre = María José
| título = La guerra de restauración portuguesa y la frontera: una nueva línea de investigación
| año = 2015
| editorial =Líneas recientes de investigación en Historia Moderna
| isbn= 978-84-15305-87-3
| páginas =555-572
| url = http://digital.csic.es/handle/10261/129782
}}
* {{Cita publicación
| apellido= Sanz Ayán
| nombre = Carmen
| título = El crédito de la corona y los hombres de negocios en los últimos años del reinado de Felipe IV
| año = 1988
| revista =  Cuadernos de historia moderna
| volumen = 
| número = 9
| páginas =63-94
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=123049
}}
*{{cita libro 
|apellido= Valladares Ramírez
|nombre= Rafael
|título= La rebelión de Portugal: guerra, conflicto y poderes en la monarquía hispánica (1640-1680)
|idioma= español
|año= 1998
|editorial= Junta de Castilla y León
|isbn= 9788478467990
|páginas=
|url=
}}
* {{Cita publicación
|apellido= Valladares Ramírez
|nombre= Rafael
| título = Sobre reyes de invierno: El diciembre portugués y los cuarenta fidalgos (o alguno menos, con otros más)
| año = 1995
| revista = Revista d'historia moderna
|máscaraautor= 1
| volumen = 
| número = 15
| páginas = 103-136
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=86075
}}
* {{Cita publicación
|apellido= Valladares Ramírez
|nombre= Rafael
| título = La política de Olivares y Portugal
| año = 2012
| revista = Libros de la Corte.es
|máscaraautor= 1
| volumen = 
| número = 5
| páginas =107-108
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4266701
}}
* {{Cita publicación
|apellido= Valladares Ramírez
|nombre= Rafael
| título =La dimensión marítima de la empresa de Portugal: limitación de recursos y estrategia naval en el declive de la monarquía hispánica.
| año = 1995b
| revista = Revista de historia naval
|máscaraautor=1
| volumen = 
| número = 51
| páginas = 19-32
| url = http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=75165
}}
* {{Cita publicación
|apellido= Valladares Ramírez
|nombre= Rafael
|máscaraautor=1
| título =El Brasil y las Indias españolas durante la sublevación de Portugal (1640-1668) 
| año = 1993
| revista = Cuadernos de historia moderna
|máscaraautor=1
| volumen = 
| número = 14
| páginas =151-172
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=123107
}}
* {{Cita publicación
|apellido= Valladares Ramírez
|nombre= Rafael
|título=Portugal y el fin de la hegemonía hispánica
|máscaraautor=1
| año = 1996
| revista = Hispania
| volumen = 56
| número = 2
| páginas =517-539
| url = http://hispania.revistas.csic.es/index.php/hispania/article/view/735
}}
* {{Cita publicación
|apellido= Valladares Ramírez
|nombre= Rafael
|título=Inglaterra, Tánger y el estrecho compartido: los inicios del asentamiento inglés en el Mediterráneo occidental durante la guerra hispano-portuguesa (1641-1661)
|máscaraautor=1
| año = 1991
| revista = Hispania
| volumen = 51
| número = 179
| páginas =965-991
| url = 
}}
* {{Cita publicación
|apellido= Valladares Ramírez
|nombre= Rafael
|título=De ignorancia y lealtad: Portugueses en Madrid, 1640-1670
|máscaraautor=1
| año = 1998b
| revista = Torre de los Lujanes: Boletín de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País
| volumen = 
| número = 37
| páginas =133-150
| url = https://digital.csic.es/handle/10261/16921
}}
* {{Cita publicación
| apellido= White
| nombre = Lorraine
| título = Estrategia geográfica y fracaso en la reconquista de Portugal por la Monarquía Hispánica, 1640-1668
| año = 2003
| revista = Studia histórica
| volumen = 25
| número = 
| páginas = 60-91
| url = http://revistas.usal.es/index.php/Studia_Historica/article/view/4772
}}
* {{Cita publicación
| apellido= White
| nombre = Lorraine
|máscaraautor=1
| título = Las actitudes civiles hacia la guerra en Extremadura (1640-68) 
| año = 1987
| revista =  Revista de estudios extremeños
| volumen = 43
| número = 2
| páginas = 487-502
| url = https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=268477
}}
* {{Cita tesis
| apellido= White
| nombre = Lorraine
|máscaraautor=1
| título = War and government in a Castilian province : Extremadura 1640-1668 
| año = 1985
| editorial=Universidad de East Anglia 
| url = https://ethos.bl.uk/OrderDetails.do?uin=uk.bl.ethos.356617
| idioma=inglés
| formato=pdf
| ref= CITAREFWhite1985
}}

== Enlaces externos ==
* [http://www.youtube.com/watch?v=-FK0_LfCBIk&feature=relmfu/ Guerra de la Independencia de Portugal] (vídeo)

[[Categoría:Guerra de Restauración portuguesa]]